La responsabilidad de los médicos

En LA NUEVA ESPAÑA del sábado día 27 de noviembre nuestro consejero, en una visita a una de las casas de acogida de la Fundación Siloé, pide «responsabilidad a los médicos, para hacer lo mismo pero con menos», refiriéndose a un reciente estudio de la OMS según el cual «entre el 20 y el 40% del gasto sanitario en el mundo se puede ejecutar de mejor forma».

Y una vez más, el Consejero consigue generarme un sentimiento de «mecagunmimantu», por decirlo de una manera suave.

Tal vez sea porque parece deducirse que ese ahorro depende de la responsabilidad de los médicos. Y la verdad no me parece un buen comentario. Me parece un mal comentario. Tal vez algún médico pueda deducir de ese comentario que nuestro consejero piense que no somos responsables y yo estoy seguro de que no es así, que ese no es su pensamiento.

Quisiera decir en primer lugar que entiendo que puedo hacer las cosas mejor, que puedo esforzarme más cada día, que tal vez pueda ahorrar más. Y lo intento cada día. Pero yo no soy capaz de hacer milagros, ni entiendo del todo bien mensajes como «hacer lo mismo pero con menos».

Otro aspecto que quisiera dejar claro es que quien más capacidad tiene de ahorrar o de generar ahorro es la propia Administración. Tal vez lo que dice la OMS sea verdad, pero desde luego ese ahorro total que se puede hacer depende sobre todo, sobre todo, de la Administración. De medidas concretas que sólo quien manda puede tomar. Pongo un ejemplo: El tema del gasto en medicamentos es prioritario por el volumen que representa. Propongo una medida: ¿Por qué el Gobierno de nuestra comunidad no toma la decisión de excluir los medicamentos de dudosa o escasa utilidad o/y además dejan de aceptar en el vademécum las nuevas propuestas que no sean útiles? Escojan un grupo de expertos y luego deciden. Esa medida sí bajaría un montón de millones el gasto.

De mi capacidad como médico de a pie, de mi esfuerzo, de mi entrega, de mi compromiso, de mi generosidad puede depender una parte, pero la mayoría depende de la Administración.

La segunda reflexión o comentario que quiero hacer es que desde mi punto de vista la administración sanitaria de nuestra comunidad autónoma es francamente mejorable en su funcionamiento interno, en sus prioridades y sobre todo en su forma de hacer las cosas. Y gran parte de la desconfianza y del cabreo de muchos profesionales procede de aquí.

Y devolvíéndole el comentario, yo me atrevería, con toda humildad, a pedir más responsabilidad y prudencia a mi consejero y más responsabilidad a las personas que dependiendo de él y con nombramientos no hechos por concurso oposición dependan de él. Me explico.

Tenemos ahora mismo una oferta pública de empleo en marcha que se convocó el 31 de diciembre de 2008 y que la semana pasada nos hemos enterado «por los pasillos» que están formándose los tribunales. Hemos preguntado a nuestros superiores jerárquicos, gerentes fundamentalmente, y refieren no saber nada, que saben lo mismo que nosotros, lo que han leído en la prensa, etcétera. Hasta el día de hoy no sabemos ni siquiera la lista de admitidos y excluidos. No sabemos dónde salen las plazas. No sabemos la fecha de examen. A esta oposición se presentarán más de 700 médicos interinos que trabajan actualmente en nuestros hospitales, en nuestros centros de salud, que suponen casi el 20% de los facultativos. Estos facultativos no han tenido ni una sola oportunidad en los últimos 20 años de presentarse a una oposición no extraordinaria. ¿No se pueden hacer mejor las cosas?, ¿quién coordina este tema y comunica interiormente el desarrollo?

Otra caso para la reflexión. En el año 2006 se convoca un concurso oposición de médicos APD. Fueron precisos tres largos años para finalizar en agosto de 2009 todo el proceso de exámenes, etcétera, y por fin en esa fecha ya quedaron puntuados. Han pasado 16 meses y seguimos si que escojan sus plazas. Para más inri, hace tres semanas se convoca un concurso de traslados para esa misma oposición. Y cuatro días más tarde se suspende el concurso.

¿Qué pueden sentir los profesionales que se ven afectados por estas dos oposiciones con respecto al comportamiento de la organización sanitaria?

¿Por qué no siguen el ejemplo de la Consejería de Educación, que un año convocan oposición para Primaria y otro año para Secundaria? Se solucionarían una buena parte de los problemas.

Para terminar. Comentaba antes que en mi opinión la mayor parte del ahorro que se puede hacer depende de las decisiones que tome la Administración. Y que una parte más pequeña, mucho más pequeña, pero importante también, de los profesionales que diariamente trabajamos en el servicio de salud: enfermeras, celadores, auxiliares, etcétera.

Yo creo que cada trabajador debe ser responsable, cumplidor, comprometido y que merece la pena hacerlo así, porque en general se disfruta más y somos más felices haciendo las cosas bien que haciéndolas mal. Y en general las personas que trabajamos en el Servicio de Salud del Principado creo que lo hacemos así, dado el resultado de las encuestas.

A pesar de todo, hay una parte que depende de la motivación de nuestros superiores, de la incentivación, de la confianza en la organización, de sentir que estamos juntos luchando por algo, de los mensajes positivos que recibamos. Me temo que esto de momento no lo hemos conseguido.

Es posible conseguirlo. Tenemos que mejorar juntos. Se puede recobrar la confianza y la esperanza, compartir angustias e incertidumbres que en el momento actual son abundantes. Hacen hacen falta personas que acerquen, que hablen, que confíen, que tiendan puentes, que hablen mirando a la cara.

Alfonso García Viejo

Médico de familia