Pensar diferente: abusos políticos y societarios
En política y en los negocios hay gente que no entiende que existen distintas alternativas para lograr un objetivo justo. Los egoísmos y personalismos llevan a situaciones absurdas donde la testarudez del cacique prima sobre la sensatez. No saben aplicar los principios democráticos ni entienden de liderazgos compartidos. Se tiene que acatar la voluntad del dictador.
El resultado son las repúblicas bananeras donde el pueblo sobrevive oprimido mientras los grandes empresarios que dirigen la política se vuelven cada vez más millonarios. Lo mismo ocurre en las empresas familiares en decadencia donde la opacidad, el amiguismo y la falta de escrúpulos se imponen a la sensatez; la consecuencia es la ruptura familiar con socios descontentos que querrán salir del accionariado por diferencias con la dirección caciquil.
¿Cañones o mantequilla? En un país o en una empresa hay muchas formas de repartir los recursos disponibles, todo depende del político económico y de los procedimientos redactados en el seno de un grupo familiar para evitar comportamientos abusivos de la dirección.
Viajes al Caribe, a Turquía o a Argentina a cargo de la empresa, justificados por un congreso de incubación de pollos como ocurre en la novela “El testamento del gallo”, disponible en Amazon. Remuneraciones del consejo de administración disparatadas; cargos de asuntos privados a la empresa como ocurrió con las tarjetas black que metieron en prisión a Rato; contratos blindados que no respetan los precios de mercado; participación en sociedades paralelas para beneficiarse de las vinculadas a la gallina de los huevos de oro, y un sinfín de privilegios que van en contra de los intereses de los pequeños accionistas.
Pensar diferente es válido mientras no se demuestre lo contrario. Los sátrapas en sus delirios de grandeza hasta se atreven a presumir de ética política o empresarial, e incluso adoptan actitudes paternalistas por el bien del país o de la empresa. Así el lema castrista «Patria o muerte» se ha convertido en un eslogan contrarrevolucionario: «Patria y vida», premiado en Estados Unidos y censurado en Cuba. En todas las casas cuecen habas, y en algunas, fabada con chorizos o butifarra con alubias.
Despreciar y ningunear las opiniones del prójimo puede desembocar en delitos mercantiles y penales cuando no se ajustan a la legislación vigente. Algunos delitos societarios se describen en los artículos 290 a 297 del Código Penal. Las sanciones varían, según el delito cometido. Sea como fuere, los administradores de una sociedad podrían ser castigados con penas de prisión de uno a tres años y multa de seis a doce meses con mayor frecuencia de la que muchos se imaginan.
Me envía Carlos Guardado una revista vasca sobre cómo comer bien en Guipúzcoa y me quedó perplejo de la colaboración de anunciantes, empresas de todo tipo no solo restaurantes o productos relacionados con el sector. Muy distinto ocurre en Asturias, donde hasta te cobran entrada por visitar una conocida marca de sidra. La verdad es que me dio vergüenza sacar mi carné de prensa para solicitar el descuento de una entrada de 5 euros. En Cataluña, Formentera, Madrid, Sanlúcar de Barrameda, Bulgaria o Italia me invitaron en los últimos meses a los mejores sitios con todos los gastos incluidos. En Asturias como no sea por amor al arte...
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