La Nueva España » Cartas de los lectores » La destrucción o el amor

La destrucción o el amor

1 de Diciembre del 2010 - Ramón Alonso Nieda (Arriondas)

-Valiente o tonto, eso dicen de nuestro Presidente del Gobierno en el Financial Times, una publicación con mucho predicamento en la izquierda y en la derecha, pues echa las cuentas en inglés, que es la lengua de postín y del imperio y eso llama a un respeto, como las marcas caras (la condición humana es así). Los zapateristas hasta están contentos, pues consideran que, con la que está cayendo, no es poco que a su jefe se le credite todavía con un 50 % de posibilidades de que no sea tonto e incluso de que esté siendo valiente: -Either very brave or very foolish.

Olvidan ¡ay! para tan optimista análisis los rudimentos de lógica que debieron de cursar en 3º de BUP del antiguo plan. Que las disyuntivas exclusivas (vivo o muerto, tonto o inteligente, del Barça o del Real Madrid), cuyos términos no pueden ser verdaderos o falsos al mismo tiempo, no son las únicas disyuntivas ni siquiera las más frecuentes. Las más frecuentes son las disyuntivas inclusivas, cuyos términos pueden ser verdaderos al mismo tiempo aunque no lo parezca a primera vista (criador de cerdo ibérico o vegetariano, madrileño o del Barça, político u ohnrado). Existe incluso un tipo de disyunción que refuerza paradójicamente la sinonimia de los términos; cuando Vicente Aleixandre titula con La destrucción o el amor, no está queriendo decirnos que o te casas o te arruinas, sino todo lo contrario, que el amor es destructivo porque no hay cariño que no mate (Cómo será la cosa que hasta mi PC me enmienda la página y me sale con que quizá quise decir Del amor y la destrucción).

Es pues perfectamente verosímil que lo que el Financial Times esté diciendo es que nuestro Presidente es valiente o tonto, o ambas cosas a la vez. En este caso dos combinaciones son posibles: o es un valiente tonto, o es un tonto valiente. Si nos decantamos por la opción del tonto valiente, valiente funge aquí de adjetivo especificativo, informándonos de que estaríamos en presencia de un tonto que pertenece al conjunto de los valientes, en vez de pertenecer a la clase de los cobardes; algo pues se gana. Si se opta por la primera combinación, la del valiente tonto, ocurre una cosa muy curiosa y es que el término valiente pierde todo el valor que le cabría suponer, para ser completamente abducido en beneficio de la tontería. Decir de alguien que es un valiente tonto es tanto como decir que es tonto de capirote o un tonto del bote. Tonto de remate, vamos.

Si los zapateristas siguieran la prudente consigna del enemigo el consejo, optarían por la segunda combinación, la del tonto valiente, que además de limitar los destrozos es la más verosímil; los tontos suelen ser bastante echaos pa alante, aunque solo sea porque no son conscientes del peligro. Pero tampoco falta el tonto que, ante el abismo, empuja al de al lado como para ver qué pasa. Que pa listos, algunos tontos.

Cartas

Número de cartas: 45901

Número de cartas en Septiembre: 5

Tribunas

Número de tribunas: 2079

Número de tribunas en Septiembre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador