Cien gaviotas dónde irán
“Cien gaviotas dónde irán” fue una famosa canción de los años 90 del grupo “Duncan Dhu”. Han pasado bastantes años y creo que a donde fueron a parar todas es a Gijón, porque está plagado de ellas. Hace años apenas veías unas pocas y nos quejábamos de las palomas. El otro día, como cada día para estas aves carroñeras y maliciosas, pude ver cómo se subía a una mesa de una terraza y se comía todos los restos de pinchos allí dejados por los clientes, además de tirar al suelo y hacer añicos los vasos de sidra para que los tenga que pagar el camarero. Las gaviotas salen caras, pensará más de uno, no solo un camarero sino cualquiera que esté esperando a alguien en una esquina o caminando por esta limpia ciudad y tenga ese regalito de una cagada suya en todo el traje o en una calva. Además de eso, de robar lo ajeno, son asesinas. Matan a las palomas que ven indefensas o medio enfermas, así, de un picotazo. No es la primera vez que veo cómo despedaza a una con su enorme pico y la deja KO en medio de la acera, dejando las tripas y sangre a la vista de este Gijón tan hermoso lleno de obras, desvío de calles, vallas, toldos, baldosas levantadas, edificios en rehabilitación y ruido, mucho ruido como decía otra canción, esta de Sabina. ¡Qué inteligente fueron los del Partido Popular, quitándola del logo! Hago una reflexión desde aquí a qué está pasando en esta ciudad porque va a ver más gaviotas que personas a este paso. Antes estaban solo en el puerto, ahora están como Dios, en todas partes.
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