El gobierno perfecto para la humanidad no evolucionada
Si realmente somos animales evolucionados, si la especie se mejora por la supervivencia del fuerte sobre el débil, ya podemos entender el modelo que está evolucionando de generación en generación. El hombre es más fuerte que la mujer, el dominio está asegurado, el niño debe aprender a ganar ventaja si quiere triunfar. La violencia sube, la agresividad crece. La policía detiene, el juez suelta, el delincuente vuelve a la calle más fortalecido. La que se entregó al hombre evolucionado y lo pagó con su vida debía haber buscado algo más débil, menos evolucionado, y el que no tenía machete se tenía que haber quedado en casa, él es el que tiene la culpa por débil, ¿quién le manda meterse en los espacios del enemigo sin un calasmitrof?
Los líderes mienten, el dinero manda. ¿Qué pasara entonces en esta recta final a la que nos lleva el calentamiento global por desmadre evolutivo?, ¿surgirán nuevas especies por casualidad más preparadas que se enfrentarán cual bestia feroz al ser mal evolucionado, pero sin que ellos mismos no sean un peligro para la paz, la justicia, el amor y la vida misma? Todo un dilema. ¿Y si el hombre en realidad ha sido creado por Dios?, entonces, ¿tiene Dios la culpa de tanto sin sentido, de tanta barbaridad, abuso, egoísmo, orgullo, maldad, y soberbia estúpida? Si existe Dios, y nos lo demuestra el universo, entonces debe tener un plan para salvar su creación.
En la Biblia, único libro sagrado que se muestra históricamente fidedigno, y cuya profecía se ha venido cumpliendo, pero que no conviene a las religiones evolucionadas a la par con los poderes que controlan el sistema, hallamos los únicos planes de supervivencia posible: "Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar" (2 Pedro:3: 10-13) (Salmos 37: 10,11). Nuevos cielos, nuevo gobierno para la humanidad que requiere de justicia para vivir: el reino de Dios, el gobierno de Dios. Nueva tierra, nueva humanidad: la que acepta, acoge y apoya el nuevo gobierno con una actitud responsable y un corazón humano capaz de aprender a amar a los demás como a sí mismo, y... cuando haga falta, más que así mismo (Juan 13:34).
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