El nuevo mapa territorial de la solidaridad astur

En febrero se aprobaba la nueva ley española de cooperación, y aunque hubo promesas de trasladar esa decisión trascendente a territorio asturiano, en cuanto a presentación y a consecuencias positivas de la misma, ni el Ayuntamiento de Xixón, que lo había prometido, ni la Axencia Asturiana de Cooperación, ni ninguna otra entidad puso interés en hacerlo.

¿Cuánto de modelo, de compromiso económico, de barrera para protegerse de cambios abruptos, de impulso para la llamada cooperación descentralizada que se viene practicando en ayuntamientos y autonomías aporta la citada ley?

Tal vez ahora, en el panorama postelectoral local y en vísperas de la nueva contienda general de julio, la ley española (desconocida por no haberse "defendido y difundido" en Asturias) adquiera incluso relieve mayor. Y con ella los aumentos generales del último año en algunos cientos de millones, que podrían de nuevo estar en el alero dependiendo de los vientos que soplen el 23-J.

La "cartografía" que hoy, sábado, dejan las nuevas alcaldías asturianas en la materia relativa a las solidaridades, con la excepcionalidad de Xixón, podría incluso valorarse como avance.

Temprano es para lanzarse, pero la teoría indicaría que la nueva Alcaldía de IU-Somos en Carreño corregiría la mala práctica de la anterior alcaldesa del PSOE, que había liquidado la cooperación, sin pena ni gloria: en el mismo tiempo la Alcaldía de Oviedo lo había hecho por un año, pero allí hubo significativas movilizaciones y se reparó el entuerto, por lo que es de suponer la continuidad de las políticas de cooperación asentadas en la capital, y que en Carreño se retome lo que tenía en tiempos anteriores.

El gobierno de coalición pactado entre PSOE y Cambia Avilés indicaría un refuerzo importante para sus actuaciones solidarias, y una coalición similar en Gozón apuntaría a una recuperación parecida en medidas concretas en valores de la cooperación.

Sabido es que Siero es punto y aparte: por la política de cero cooperación de la que presume su alcalde, y por la negativa de Barbón a orientarle lo contrario. Ahora, cuando de manera natural los votos de Foro y parte de La Fresneda que le apoyaron en esas tropelías antes se han pasado al Cepi insolidario, el PSOE asturiano vuelve a tener similar tesitura de flagrante contradicción grave, con la ley asturiana de cooperación de 2006, desconocida en Siero, y con la flamante ley española de cooperación de 2023, impedida hasta el momento de llegar al cuarto concejo de Asturias.

Los datos indican que en el Nalón alto, en Laviana, cuando hubo gobiernos de coalición hubo algunas acciones de cooperación, que es razonable pensar que se recuperan ahora con el nuevo acuerdo.

Que más abajo del Nalón, en San Martín Aurelio, ni hubo ni habrá acciones significativas al no producirse cambios significativos en la Alcaldía (y haber votado los dos ediles escisionados de IU con el PP, en vez de a su antigua formación).

Y que la inercia positiva será en Langreo, donde se ha tenido una buena práctica de cooperación en los últimos ejercicios, por lo que podría esperarse no solo un refuerzo, sino que Langreo y Mieres (que está flojo en estas lides de acciones concretas, consejos y convocatorias) configuren una especie de alianza, de "vanguardia" y dinamización que contamine positivamente la propia Federación Asturiana de Concejos, donde IU deberá tener mayor presencia, iniciativa y dinamismo en este y otros campos sociales.

Cuando el viernes anterior la alcaldesa de Xixón recibía fraternal y públicamente a las personas refugiadas, algunos periodistas ya preguntaron: "¿Y qué va a pasar ahora?", a lo que se respondía con los elementos de la mesa redonda con candidaturas que Amnistía Internacional había organizado en la biblioteca: allí todas las candidaturas habían ratificado su compromiso con las políticas de DD HH y los programas en curso, y quedó grabado. Pero los periodistas volvían a preguntar: "Pero el partido ultra no estaba...".

Y en efecto esa es la potente novedad. No estaba en aquella mesa y sí está ahora.

El pacto publicado de Carmen Moriyón y los ultras es un compendio de negacionismos y de eliminaciones.

La nueva alcaldesa anuncia su tercer mandato, lastrado hacia la extrema derecha, y no sobra recordar que en su primer mandato minimizó la cooperación (y obtuvo la dimisión de casi todos los componentes del consejo de cooperación), en el segundo mandato con el contrapeso formidable y activo de los nueve concejalas-es de Xixón SÍ Puede y los votos de IU se conseguía recuperar la partida de cooperación, crear un consejo más amplio, y elaborar el primer plan de la cooperación gijonesa, y ahora... esos contrapesos no existen sino que hay un representación decisoria de quienes niegan los derechos elementales y llegan como elefante en cacharrería a destruir normas y convivencias.

Queda en manos de la propia alcaldesa, lamentablemente, la responsabilidad máxima de cumplir y hacer cumplir no solo las leyes asturiana y española de cooperación, sino de quebrar o no la trayectoria y "política de estado" de la cooperación gijonesa que ha sido, siempre, indicativa y faro para el resto de Asturias.

¿Y en la autonomía?

La continuidad de un Gobierno de Barbón (en solitario o en coalición) indicaría también una continuidad pobre de la cooperación asturiana, que ni cumple su propia ley, ni ambiciona modificar o juntarse a los impulsos estatales en esta materia vital.

Se ha señalado que para Adrián Barbón no es esta una materia sensible y que no se le ha visto en foros relacionados (al contrario que hacían otros presidentes como Areces o el propio Marqués aquí, y al contrario de lo que han hecho otros presidentes socialistas en otras autonomías, que se implican y dan impulso personal importante), pero es que tampoco ha sido defendida ni la ley ni las acciones de cooperación en los últimos años por los partidos de izquierda, con uñas y dientes, en una negociación presupuestaria en la que incidían, dejando reducir los 13,5 millones en el gobierno de alianza PSOE-IU a los poco más de 5 actuales cuando el presupuesto global es mucho mayor en miles de millones.

En cambio hay una trayectoria, unas herramientas logradas en planes y estrategias, y en las dos propias leyes citadas, y hay un acumulado de actuaciones solidarias que (cualquier partido) no pueden ser eliminadas sin oposición fuerte, y por el contrario debieran engrasarse y poner en vigencia plena, por si acaso los resultados del 23J nos llevaran a otro escenario diferente de resistencia y movilización.

Un escenario, hasta entonces, en estas pocas semanas, en el que contraponer los valores de la solidaridad elemental con quienes pretenden un borrado a las señas de identidad de la buenas gentes asturianas, como la de ptoteger personas y derechos.