De niños, enanos y osos
Hay cuentos que parecen eternos, donde el candor de los pequeños tiene que enfrentarse con el aparente candor del enano, en el fondo pura usura. Pero el candor de los pequeños nunca podrá con la usura del que aparece como humilde enano. El oso, peligro del que todos hablan mal, lo dejan campear a sus anchas. ¿Por miedo? Aparece cuando quiere y vive a sus anchas. El enano, siempre desgraciado, amigo del dinero, anda siempre con cuidado de ser descubierto. Los niños, siempre con escaso poder de influencia, tienen que aprender a comportarse con el enano y el oso. Tienen que buscar otro nivel de enfrentamiento. ¿Cuando sean mayores?
¿Estamos en período de elecciones? ¿Quién va a decidir el combate? ¿El poder del oso?¿La usura del enano? Quisiera que los españoles dejaran de ser niños y niñas perdidos en algún bosque. Ojalá que el futuro sea el de una España confiada que recuperase sus auténticos valores, con hombres y mujeres dueños de sí mismos.
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