Fados ribatejanos y guitarra saloia para el Día de Portugal en Oviedo
El día 10 de junio el país luso, que es casi hermano o al menos cordial vecino, celebra su fiesta nacional, denominada de un modo oficial como “Día de Portugal, de Camões y de las Comunidades Portuguesas”, en el aniversario del fallecimiento en 1580 de su gran poeta nacional, Luis de Camões, que es algo así como nuestro Miguel de Cervantes. Y aquí, en Oviedo, unos cuantos enamorados de Portugal celebramos el pasado jueves 8 de junio esta fiesta, con un acto en el Club Prensa Asturiana, seguido de cena en un restaurante vecino, que estuvieron llenos, con unos ciento cincuenta y cuarenta asistentes, respectivamente.
En los dos actos hubo fado-fado, fado de verdad, a cargo de Ana Paula Martins con la voz, de João Chora con la voz y la viola de fado y de Custodio Castelo con la guitarra portuguesa. Los tres fadistas son del Ribatejo, una región que, como su nombre indica, rodea el río Tajo a lo largo de unos cien kilómetros antes de llegar a Lisboa. Es una tierra luminosa, alegre, de amplios horizontes y de tradición ganadera, donde los caballos y los toros de raza son la señal de su altanera tradición folclórica y cultural. Allí los fados son animados e incluso chispeantes, porque cantan la belleza de sus mujeres, la valentía de sus hombres, el azul de sus cielos y la generosa tierra en los abundantes campos de regadío. En el Ribatejo a los hombres a caballo que cuidan el ganado los llaman “campinos” y a los que cultivan sus frutales y hortalizas los denominan “saloios o saloias”.
Como “saloia” acaba de bautizar una nueva guitarra de cuerpo octogonal que ha diseñado recientemente el enorme instrumentista Custodio Castelo, que también es profesor de Guitarra Portuguesa de la ESART del Politécnico Superior de Castelo Branco. Custodio Castelo maneja con auténtico virtuosismo y con raza de fadista total esa guitarra portuguesa. De los tres pudimos oír y vivir también fados tradicionales y fados-canción de Lisboa de autores consagrados, pero quizá fueron un tanto especiales los de Ribatejo, como el “Fado Pequenino”, el “Quinta feira de Ascenção”, el “Fado Ribatejo” y otros vocalizados y acompañados por la viola de fado de João Chora. Los solos instrumentales de Custodio Castelo tuvieron mucho de esa abierta y generosa luz de los campos ribatejanos. Y con la cálida voz y su bonita figura, Ana Paula Martins cantó “É daqui da minha terra” y ”Trago fado nos sentidos”, por citar un par de los más conocidos y tradicionales fados que trajo al repertorio para conformar una actuación estupenda de los tres, que trajeron esas canciones lusas, en este caso alegres y representativas de un espíritu que vive la fiesta de su patria y la comparte con nosotros, en este su país más que vecino que es Asturias.
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