(Des)prevención de riesgos laborales en el HUCA
Buenos días, mi nombre es David y soy técnico en cuidados auxiliares de enfermería en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) desde hace unos años y escribo este escrito hoy, desde la indignación más absoluta por el trato recibido por parte de dos personas del servicio de riesgos laborales del HUCA.
El año pasado me diagnosticaron fibromialgia, una enfermedad desconocida por gran parte de la comunidad médica en pleno 2023, que arrastra tras de sí una fama inmerecida y unos prejuicios que esta semana he sufrido en carne propia. Por si fuera poco, convivo con un trastorno de ansiedad desde hace casi 20 años, que se ha agravado por esta nueva patología, lo que me impide desarrollar mi trabajo correctamente como venía haciendo y que me ha confinado a estar casi un año entero sin trabajar por ser imposible ni mental ni físicamente.
En mi vuelta al trabajo, asesorado por Aenfipa (Asociación de Enfermos de Fibromialgia del Principado de Asturias), sindicatos y mi psiquiatra, empecé los trámites para solicitar un puesto compatible en el HUCA, en un lugar donde, adaptado a mis patologías, pueda seguir desarrollando mi trabajo, el cual adoro. Porque quiero y necesito trabajar, no es mi meta quedarme en casa, ni “jubilarme”, ni todas las sandeces que se nos achaca.
He aquí donde empiezan a llover “palos” por todos lados. Las primeras frases que recibo son: “Aquí no hay sillas para todos; no voy a mover a nadie de su puesto en consultas para dártelo a ti; venís todos a buscar un puestín y no estamos obligados a darte nada; ¿no has pensado en cambiar de profesión?; claro, para reponer paquetes de gasas, debes hacer un gran esfuerzo...”. Qué ignorancia la mía que pensé que en un centro tan grande como el HUCA o el área de Oviedo habría opciones variadas de puestos compatibles, sin tener que ser una consulta y qué pena que sean los propios compañeros de Prevención de quienes las escuche, aun teniendo varios informes médicos que certifican todas mis patologías y limitaciones y que ninguno de ambos dos pareció leer ni tener en cuenta.
El término Salud Mental, que queda claro no tienen ni idea de lo que conlleva, no es una estigmatización, es una enfermedad que duele y sufrimos igual o más que la física, aunque a vosotros dos no os parezca “para tanto”.
La empatía y la educación dejan mucho que desear en este “Servicio”, que en vez de ayudar está para poner palos en las ruedas a sus propios compañeros, que lo único que piden es una ayuda y que los traten con respeto. Solo os deseo que no os tengáis que ver nunca en esta situación, ni que nadie os haga sentir el desprecio que he sentido yo con cada llamada o visita a vuestro servicio. Habéis conseguido que tenga pánico a volver a mi puesto de trabajo, con todo lo que mi familia ha luchado por mí en este duro año.
Seguramente todo se quede en saco roto, todos sabemos cómo funciona “esto” y sigáis haciendo vuestra labor con tanta amargura y desprecio a los demás, pero al menos quede constancia de mi “disconfort” y el de muchos otros que no tienen fuerza ni para esto, a ver si así os remueve un poco la conciencia, que dudo mucho que tengáis. Mis disculpas al resto de vuestro equipo, que seguramente haya compañeros que sí sepan desarrollar su trabajo con educación y respeto.
Gracias por vuestra atención.
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