Toros, ¡qué retroceso!
Parece mentira que en pleno siglo XXI se sigan promocionando las corridas de toros como espectáculo público (bochornoso), claro que dejan jugosos beneficios a unos pocos, y por dinero parece que vale todo.
Creo y espero que la mayoría de los gijoneses no participen de esa aberrante afición, porque disfrutar con el sufrimiento de un ser vivo va contra natura y tiene un nombre bastante feo. A los defensores de tal "fiesta" no hace falta definirlos, lo hacen ellos mismos.
¿Por qué multan a un pasajero si en un coche no lleva puesto el cinturón de seguridad y no multan a un torero por enfrentarse a un toro? Y no me digan que es para proteger al del coche, porque corre más peligro el torero (claro que es por voluntad propia y a cambio de dinero).
Señores munícipes, mal, muy mal.
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