Voto de castigo no deseado
En efecto, en estas elecciones ocurre algo que no sucedía en otras ocasiones, la derecha va a ganar, no porque lo deseen los electores, los electores son de izquierdas; pero no pueden ver a Pedro, Belarra, Irene, Yolanda y PAM-dilla.
Por eso es más un voto de castigo que deseado.
Lo decía algún socialista de los de siempre, el PSOE necesita echar a Pedro para empezar de nuevo a generar ilusión entre su parroquia. Hasta Pedro se dio cuenta que no le quieren, lo demostró cuando sintiéndose y admitiendo ser culpable del desastre electoral del 28M, adelantó elecciones sin dimitir y convocar primarias. Lo curioso es que nadie se quejó, nadie lo hizo en espera de ser colocado en las listas o algún cargo que caiga por ahí, saben que quien se mueve en contra del jefecito no sale en la foto. Como ven, este no es nuestro partido, Pedro nos lo secuestró. El líder del partido precursor de las primarias huye de ellas, es tal la falta de respeto por la democracia interna que huele a desprecio por quienes debieran tener la última palabra (los compromisarios) para poder elegir un candidato adecuado. Pero no, este tipo de personajes, si no se les para, se llegan a creer imprescindibles y dueños del partido.
Incluso hasta con Pedro, podrían los socialistas apoyar al partido si este no supiera que se dejará caer en brazos de las de Podemos (ahora Sumar) y todos esos partidos independentistas. Con lo cual, otros cuatro años más de división de la sociedad, confrontación y victimismo no los aguanta nadie.
Son pura toxicidad. Negatividad y puritanismo acomplejado.
Lo siento mucho, yo no votaré a las derechas por mi conciencia, pero a Pedro y esta recua de feminismo disparatado, tampoco.
Lo que es Pedro lo vimos en el debate, interrumpió todo el tiempo a Feijóo. Sin respeto, sin educación, pasado de vueltas, nervioso y perdedor. Por el contrario, Feijóo ha estado más sereno, creíble a pesar de seguramente manipular algunos datos y cifras, lo vimos todos en plan ganador. ¿Si son justos, con cuál se quedan? Ese claro, sin forofismos, Feijóo se mereció el respeto de los espectadores a pesar de ser un debate pobre en propuestas y argumentos. De los debates más inaguantables jamás vividos. Y luego Pedro pedía hasta seis, quería matarnos de sopor.
Mi voto será en blanco.
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