El mundo vivido
Nuestra generación (los nacidos en los años 40, 50 y 60) hemos conocido el periodo de paz más largo de la historia de España. Nos estamos diendo, pero con la suerte de haber vivido el periodo más hermoso y fructífero de este bello país.
Si nuestros abuelos, sin ir más allá, levantaran la cabeza y vieran la televisión, los móviles, ordenadores, el modo de vida, el mundo conocido, la seguridad ciudadana a pesar de lo que digan las feministas actuales, siempre existirán degenerados, violentos y tragedias, el mundo no es perfecto. Las posibilidades actuales son inimaginables en comparación con las miserias y limitaciones de antaño.
Cuando alguien dice que si ganan las elecciones no se quien volveremos 20 años atrás, igual había que retroceder, no 20 años, quizás más años, para ustedes poder tener la suerte de vivir la transformación de este país desde la Transición como nosotros (los que nos estamos diendo) la vivimos. Solo por eso, somos unos privilegiados.
No teman irse (les digo a los de mi generación) es ley de vida. Antes se fueron otros, después se irán nuestros hijos, nietos... Seguramente sin vivir lo vivido por nuestra generación.
Un saludo a todos por demostrar que sin censura, sin puritanismo, sin victimismo, sin confrontación y división, hemos hecho un país mejor.
Como era imposible mejorarlo, ahora retrocedemos en derechos, bienestar y libertades, todo por querer ir más allá de donde en términos de convivencia no se podía ir.
Ahora piden igualdad, ¿creen que sus madres no han tenido igualdad para formarse, crecer, trabajar, vivir, proyectarse, viajar, divertirse y amar? Cuando se habla de igualdad, siempre es en términos de posibilidades, no en términos de deseo. Todos quisiéramos haber llegado más arriba, quedarnos más abajo no es fracaso, no es culpa de nadie, solo de nuestra capacidad y limitaciones que ustedes no quieren ver. Pretender suplir la meritocracia con la dedocracia con paridades es una solemne apuesta por el fracaso y la frustración por comparación.
Marcarse caminos es legítimo, querer competir atajando es hacerse trampas en el solitario. Así no se puede ser feliz.
Para acabar quiero mandar un abrazo enorme a los conocidos y los que no (nos estamos marchando tal y como fuimos capaces de vivir) con valentía, con alegría, con gallardía, con mucho respeto por los demás, y con admiración mutua. Creo que si hay otra vida, ¿por qué no?, nuestra generación estará enmarcada como la más repleta en valores personales. La educación y el respeto prevalecían en todo momento y situación; donde cada individuo (mujer u hombre, niño o anciano) con sus peculiaridades sintió en sus carnes la solidaridad, el compañerismo, la familia como jamás será, y la vecindad que ahora no saben lo que es. Se encuentran por la calle y el ascensor, ni siquiera se saludan, menos, el saber cada cual de los demás. No se conocen, eso sí, al perro lo llevan de cordelito con un cariño que no demuestran con las personas, incluidas las de su familia. Pasean de mejor agrado al perro que a la abuela. Igual tenían que aprender de su perro que cuando se encuentra con otro perro se lamen hasta la mierda.
Es un sistema individual perverso que solo lleva a la descomposición humana como sociedad. Esa que desde siempre trataron todas las generaciones en apoyarse: en comunidad. Ahora no, cada cual va su bola. Le pregunto a mis hijos si conocen a sus vecinos, los que viven en ciudad, y me dicen que de vista y de cruzarse entrando y saliendo del ascensor. ¿Qué podemos esperar de esta forma de vida? Pues eso, lo que vemos.
Nuestra generación es una edición limitada, ya quedan pocos, nadie la va sustituir, será difícil que llegue otra igual que respetara a profesores, padres y mayores. Que lograra de la nada superar obstáculos, sacar a este país del ostracismo, luchar por una democracia y consolidarla con derechos, libertades y bienestar. Dar a nuestros hijos todas las facilidades y posibilidades que nosotros no hemos tenido. Por todo ello: un abrazo, una sonrisa y un beso enorme; habéis sido insuperables, así lo siento y lo describo. Hasta siempre.
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