No sé si llamarlo temor
La mayoría de los discursos oídos estos días me dan la sensación de asombro, de no estar situados en la realidad vivida por mi entorno. Discursos que parecen actuar de forma opuesta con el solo afán de destruir y demoler a los adversarios, muchas veces presentados como demonios amenazadores (y no me atrevo ni a imaginarme quiénes son). Y muchas veces lo hacen vociferando entre divertidos y grotescos. ¡Y son seres humanos relevantes situados en contextos públicos concretos!
En cambio, en mi entorno la gente prefiere no hablar de política, pero sé que muchos votarán lo que yo creo que en nada les beneficiará. Lo lamento y lo respeto, pero les sugiero que sean especialmente conscientes de lo que se juegan.
Agradezcamos la paz de la que hemos disfrutado estos años. Seguiremos siendo vulnerables. Pero busquemos formas de responder a esa vulnerabilidad y de satisfacer las necesidades de quienes nos rodean. Discutamos menos. Construyamos con nuestro voto un futuro de paz.
No conozco a nadie capaz de cambiar la opinión de su vecino, como tampoco yo lo soy ya de la de mis hijos. Ni la de nadie. Pero todos debemos votar con responsabilidad, buscando no empeorar las cosas. Por mi parte, aunque no sin cierto temor, deseo y espero disfrutar la noche del próximo domingo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

