No se merece el Gobierno
Es natural que el sistema democrático permita la alternancia en el Gobierno de los partidos como resultado de lo que digan las urnas, sucediendo que después de un periodo de gobiernos conservadores se pase a otros progresistas y viceversa, pues está claro que el poder desgasta y las ideas se agotan para mejorar la vida de la gente.
Eso ha ocurrido en España con un modelo bipartidista. Aunque el nivel de rentas ha tenido altibajos con recortes por ambos, en políticas sociales hay claras diferencias más recientemente con el Gobierno de coalición PSOE-UP.
Así, a pesar de las circunstancias tan negativas de este último trienio, se consiguió darle la vuelta a decisiones muy regresivas del PP en materia de salarios y pensiones, igualdad y transexualidad, contratación laboral y quedó pendiente de anular la “ley mordaza”, tan perjudicial para las libertades ciudadanas.
Por eso, podíamos entender que producto de la crisis económica global y la hipercampaña de los medios contra “el Gobierno ilegítimo” apodado últimamente “el sanchismo”, saliese de las urnas mayoría para un Ejecutivo conservador en los próximos cuatro años. Sin embargo, se dan unas circunstancias en estas elecciones generales del 23J -con la alianza PP/Vox- que genera temor en una parte de la ciudadanía a que se produzca el relevo político en la Moncloa.
En primer lugar, está el obstruccionismo absoluto del PP a colaborar con el Gobierno de coalición durante la pandemia ante una crisis sanitaria sin precedentes, cuestionando las medidas de protección emanadas de la OMS y expertos; el rechazo a los ERTE, la subida del SMI y reforma de pensiones. En segundo lugar, su falta de propuestas concretas para aliviar las consecuencias de la recesión mundial ante el subidón de precios en materias primas y energía, rechazando la excepción ibérica que nos ha permitido bajar el precio de la luz.
En tercer lugar, el bloqueo en renovar los órganos judiciales -como está apremiando las instituciones europeas- manteniendo el perfil conservador de jueces, para que no se investiguen los múltiples casos de corrupción pendientes de miembros del PP. En cuarto lugar, más grave y muy preocupante, ha abierto las puertas de las instituciones a la extrema derecha después del 28M para conseguir el poder, negando la violencia machista, el cambio climático, las políticas de igualdad... provocando un retroceso de leyes y costumbres que puede llevar este país a los años previos de la Transición.
Por todo lo anterior, el PP ha perdido su poca credibilidad como partido de centro derecha, siendo abducido por las tesis más ultraconservadoras de Vox, dando alas y responsabilidades a quienes atentan contra la buena convivencia. Por eso no se merece el Gobierno de este país en estas próximas elecciones del 23J.
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