Moto o Falcon
Nos quieren vender que la economía española va como una moto. No nos dicen qué moto. Las hay que van como una seda, y otras con explosiones, tirones, fallos y averías, mejor llevarlas al desguace.
España ni va como una buena moto, ni está para el desguace. Está para llevarla al taller y hacerle una reparación a fondo. Si revisáramos todos los parámetros en los que se asienta una buena economía, seguridad política, solvencia, reservas, confianza interior y exterior, paro, crecimiento, etc., llegamos a una conclusión nada halagüeña, solemos estar por la cola en las cosas buenas y por la cabeza en las malas si nos comparamos con nuestros socios europeos. Dicen que crecemos; yo creo que rebotamos fuerte porque caímos más que nadie por la pandemia. Somos los últimos del M. C. en alcanzar los niveles económicos del año 19.
Reducimos el paro, pero doblamos la media europea a pesar de la nueva norma de contar como fijos a los fijos discontinuos. Bien la inflación, pero con esta muy superior a la subida de los salarios, nos dicen que aumenta el gasto y el ahorro familiar. Hay cosas que no cuadran. Quizá como decía aquel cantar: “Yo me entere algún día de la verdad”.
Y lo más grave, sobrepasamos con creces el billón y medio de euros de deuda estatal y nos seguimos empeñando en unos 200 millones de euros diarios.
España no es una moto, es un Falcon rumbo al desastre. ¿Esto tiene freno y marcha atrás? Decididamente sí. España es una gran nación, y los españoles somos unos dignísimos súbditos. Solo necesitamos un buen equipo que coja el volante de esta excepcional máquina que llamamos España.
P.D. Creo que si algo va medianamente bien es gracias a que somos un gran pueblo, y a pesar de las nefastas políticas seguidas últimamente. Nos empeñamos en más de 300.0001000.000 de euros desde que expulsaron a Rajoy.
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