Humildes puntualizaciones
La democracia es un sistema ideal de convivencia, realización personal a todos los niveles, conlleva derechos y obligaciones ciudadanas asumidas mediante pactos de civilización, busca incluso la felicidad colectiva, respetando con muchísimo esmero garantista todas las libertades individuales que no contravengan las leyes que nos hemos dado a través de representantes legítimos. ¿Es costosa y verdadera la democracia? Sí, lo es, hay campañas electorales teatrales, un entramado de políticos, asesores y oficinistas que se encargan de la gestión de lo público, lo de todos, atendiendo a principios de equidad, supuestos concretos, universalidad, acceso a unos servicios de promoción humana y social públicos, a prestaciones, derechos y recompensas por ser ciudadanos de sociedades de libertades, pluralismo, igualdad, justicia social y universalidad. El mercado político existe, confundir una democracia que piense en todos con doctrinas satánicas “comunistas”, acusar de chupópteros o vagos a demócratas avanzados que fomentan la dignidad ante la ley y la Administración, los derechos humanos y la inclusión social, no cuela y es muy feo. Podríamos elegir en un mercado libre (utopía de Friedman) entre varios talentos y triunfadores, eminentes millonarios a lo Berlusconi o Trump con gran éxito en el mundo de los negocios, sin necesidad de fijarnos en hijos de empleados, maestros, obreros o peluqueras, pero renunciaríamos a la historia, al compromiso y a la ideología surgida de realidades sociológicas que existen de verdad. Las luchas de clases son lo más triste que hay y polarizan hasta que rompe la cuerda, todos somos humanos y debemos ayudarnos y cooperar con generosidad y cordialidad sana. Pero no podemos obviar que nos movemos en todo momento en escenarios de intereses, a menudo, contrapuestos. La concepción puramente tecnocrática-empresarial-elitista desvirtúa la política, la concepción falsa puramente mitinera, oclocrática, demagógica y de ataques de furia contra “los ricos, el fascismo o el nacionalismo español” es una huida hacia adelante facilona, que oculta carencia total de ideas. Para mí, democracia es acordarme de mi abuelo, que no pudo votar durante la mayor parte de su vida, habiendo sido un miembro sencillo y muy honrado de la sociedad, y que tenía mucha ilusión siempre por acudir al colegio electoral a depositar su voto igual, secreto, intransferible e individual. La historia existe, hay conquistas sociales y retrocesos, hay intereses y grupos sociales diversos, hay gente que hace recaer sobre los demás culpas y estigmas. Existe la responsabilidad tanto como lo equitativo y social, que alivia heridas profundas de desigualdad, infortunio y plantea accesos a oportunidades. Democracia es un plebiscito diario de respeto, buena educación, cultura, tolerancia y fraternidad. Los derechos fundamentales y sociales son fundamento de toda democracia estable.
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