Romerías y municipios sostenibles
La Romería de Asturias (el Carmín de la Pola) puede y debe ser un ejemplo de sostenibilidad y de respeto a nuestro entorno natural y medio ambiente, y un buen ejemplo de ello son las iniciativas puestas en marcha por la actual Sociedad de Festejos polesa este año, las cuales se deberían haber efectuado tiempo atrás. Sabemos que es un paso corto, pero importante para seguir tomando iniciativas positivas para el medio natural que nos rodea y que debería contar con el apoyo de todos (incluida la Administración local).
Esta Sociedad de Festejos (independientemente de si hubo más o menos residuos el “día después” en el recinto festivo y alrededores) debería servir de ejemplo al resto de fiestas y romerías a lo largo de nuestra comunidad autónoma para que se tomen iniciativas encaminadas a proteger nuestro entorno natural. El Carmín puede seguir siendo la Romería de Asturias y, a su vez, ejemplo de sostenibilidad.
El Ayuntamiento debería incorporar a la gestión municipal criterios de sostenibilidad, los cuales deberían ser un valor central dentro de la cultura municipal, cuya responsabilidad con el medio ambiente está en el camino marcado por la Unión Europea para estos próximos años. Objetivo que todavía nos queda un poco lejano si observamos los datos del reciclaje de residuos separados sobre la totalidad en este concejo de Siero, cuyo porcentaje en el año 2022 no sobrepasó el 18,99%; por otra parte, la contaminación del aire arrojó en Asturias uno de sus peores datos y en concreto en este municipio aumentó con respecto al año anterior sin poner en marcha protocolo alguno. Asimismo en cuanto a la contaminación electromagnética se sigue sin saber dato alguno en cuanto a si los valores de estas emisiones se encuentran dentro de los límites aconsejados, sobre todo en las cercanía de nuestros “centros sensibles”, como son centros de la tercera edad, parques infantiles, centros educativos, etc. Por otra parte, tenemos sobre la mesa la Ley de Residuos y Suelos Contaminados 7/2022 , que obliga a los municipios a hacer censos de localizaciones con presencia de amianto, cuando hace varios años desde alguna asociación y algún sindicato comarcal ya se habían pronunciado sobre esta necesidad.
Como vemos, todavía nos queda un largo camino para poder ser un municipio verde, por lo que una buena gestión de residuos (no solamente poner contenedores y puntos de información en determinados eventos) debería impulsar iniciativas de participación ciudadana, así como de informar y formar a determinados colectivos sociales, empresariales y comercio local sobre la necesidad de un cambio en los hábitos colectivos a lo largo de todo el año, para hacer una buena prevención en origen y poder acercarnos al 50% de reciclaje que se marca como objetivo para estos próximos años. Como complemento se podría dar información a todos los niveles de los beneficios que llevaría el aumentar el reciclaje para la sociedad, así como los efectos negativos de no hacerlo y su efecto negativo para la naturaleza como sería el tiempo que tardan en degradarse en la misma como podrían ser bolsas de plástico (150 años), latas de cerveza (10 años), colillas (5 años), y así un largo etcétera.
El Ayuntamiento, como Administración cercana de referencia de los ciudadanos, debería tomar toda clase de iniciativas a lo largo del año para educar e informar para el cambio a la sostenibilidad en el municipio , aprovechando los diferentes recursos informativos/divulgativos a todos los niveles para sensibilizar y poner en valor todo lo que nos puede aportar como beneficios para nuestra sociedad las conductas respetuosas con nuestro entorno natural y medio ambiente.
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