El derecho de vivir en paz
Hoy, con música para la Paz, otra vez en desacuerdo con el desfile y derroche militar aéreo en Xixón, demandando que se dé por finiquitado para siempre esta manera de exaltación de las armas mortíferas.
Primero se presentaban vídeos y fotos en la casamata militar bajo el “Elogio”, de Alex Zapico y Juan Teixeira, el primero en la Ucrania actual de los bombardeos y refugios, el segundo del “comienzo” de aquella guerra en 2014, con 15.000 o 30.000 personas ya fallecidas en la primera arremetida guerrera. Dos versiones por tanto complementarias de la guerra Dombás-Ucrania-Rusia-OTAN.
Y después bajamos con la charanga “Ventolín” anunciando la Folixa pola Paz como alternativa, y denunciando la perversa relación entre Ayuntamiento, empresas privadas y el Ministerio de Defensa en aras de la propaganda militarista que supone el desfile militar del 30 de julio en Xixón, al cual se propone suprimir al completo, apostando por la Cultura de Paz y rechazando el militarismo rampante.
Que nada hay más contradictorio con las necesidades de la gente que el armamento, la propaganda militar de destrucción, y los antivalores militaristas que sustentan la parafernalia de la muerte. Hoy se volvía a recordar en las calles que con los 2,5 billones del gasto militar mundial se podría hacer cumplir con los famosos ODS, de los que hay mucha retórica y escaso cumplimiento. Y se lanzaba la pregunta al aire ¿de cuánto y qué cosas necesarias se podrían hacer con los 37.800 millones gastados el año pasado en cuestiones militares y de control social, es decir, el presupuesto más alto conocido?
Se recordó al megáfono el bombardeo y destrucción de Xixón por la legión “Cóndor” nazi, que durante 15 meses lanzó artefactos mortales en la ciudad. Por ello lo que Gijón necesita, ahora más que nunca, son acciones PAZifistas.
Fortalecer los Valores de la Paz, en todas sus formas. Hay que profundizar en las pedagogías de la paz, de la convivencia, de lo comunitario, de lo colectivo, de la resolución cooperativa de los conflictos. Menos bombas, más Sanidad. No se puede matar los virus con bombas. Pero sí con una sanidad pública, de calidad, universal, que hay que potenciar, restando gastos militares con destino a nuestros hospitales. Se ha reiterado en el recorrido del Llavaderu a la plaza del Marqués pasando por la Cuesta del Cholo el rechazo a un espectáculo que contamina mogollón, acústica y medioambientalmente, que es perjudicial para la salud de las personas más vulnerables y perturba el bienestar animal.
Se ha reclamado el Derecho a Vivir en Paz, en alusión a Víctor Jara, auspiciando que no vuelva a caerse otro F18 como ocurrió en mayo en otra exhibición (por fortuna salvándose el piloto, que saltó antes...), y se han repartido todos los folletos de la Folixa pola Paz del 23J, con buena aceptación popular en todo el recorrido musical y pacifista.
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