Me voy a poner hasta arriba de berenjenas
Si alguna vez se produjera la improbable circunstancia de que votaran todos los abstencionistas, el resultado sería muy diferente al que arrojan las elecciones generales, ya que el porcentaje y el número de potenciales votantes que se suelen abstener casi siempre es superior al del partido que las gana.
Es de suponer que los abstencionistas lo son principalmente porque están desengañados, pero más que de la política de los políticos, y es esta, muy probablemente, la razón por la que no acuden a las urnas.
Algunos no habrán podido ejercer su voto por determinadas circunstancias de imposibilidad material, pero seguramente serán los menos, y su no participación no debería cambiar sustancialmente el resultado.
Ante tal circunstancia uno se pregunta qué ocurriría si todos lo abstencionistas se pusieran de acuerdo y decidieran votar. Lo más probable es que en las siguientes elecciones generales volviera a aparecer de nuevo la abstención como resultado mayoritario, y estaríamos ante la pescadilla que se muerde la cola, porque lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, como dice la canción, y como digo yo, que no sé por qué me meto en estos berenjenales.
Y mira que me gustan las berenjenas rellenas. Tengo unas preparadas que me voy meter entre pecho y espalda en cuanto vuelva de votar, aunque no tenga ganas de hacerlo, lo de votar, pero me voy a poner hasta arriba de berenjenas en cuanto salgan del horno para celebrar que vivimos en un país libre.
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