La memoria, la imaginación
Uno de los tantos inquilinos que han nacido y viven conmigo y pagan la renta cuando les da la gana, ¡y cada día pagan menos! ¡y cada vez más acojonado me tienen! y, manda dídimos, a los que vivo rogando que no se me vayan, que, aunque solo sea de vez en cuando, me den una limosnita de su presencia, ayer me dio una, aunque trucada. Qué maldad.
Pero bueno, que viene de repente y me larga una preguntica.- ¿Cuándo crees que tu barrio dejó de ser tu barrio?
Breves segundos para contestar.- Cuando asfaltaron sus calles.
La muy jodida siempre hace lo mismo, me pone en marcha y, hala, tú conduces.
Y yo por mi cuenta, ¿cuándo fue eso? Vamos a ver... Desde luego yo vivía en la casa donde nací y, considerando que de ella me fui a los años, pues... No sé, uno o dos abajo, mil novecientos cincuenta y tres, cincuenta y cuatro...
De aquellos días... Que todos los lunes íbamos de casa, con una tarterina, a buscar la sopa de pixín al Hogar de Ciares, estaba buenísima, y, por aquel entonces aún eran de tierra los primeros cien, doscientos metros que partían de la carretera, para, a partir de ahí, pación con senderín peláu por las pisadas de los caminantes, así que...
Tuvo que ser más tarde. Ya no éramos inquilinos de mi casa natal....
Me puse a buscar y, ¡ncreible! Rebusqué y rebusqué porque no me lo podía creer, el Hogar de Ciares fue construido en el 58. Yo habría jurado, con total seguridad, que había sido antes de mis quince. ¡Qué cosas tiene la pu.. memoria!
Eso, que cada vez paga menos y con mayor retraso. En fin.
La cuestión es que, cuando me presenta esos años, difícil abandonarlos. Ahí mismo me vi sentado en el aula donde se impartía la Formación del Espíritu Nacional y, será porque al rozar la cuestión política, aunque por caminos indescifrables.
¡Esto es de traca! Qué tendrá que ver con todo esto "El retrato de Dorian Gray". Pues lo que se me planteó. Y que, medio plagiado, pero algo por mí lucubrado.
En el retrato de mi obra, el autor de la pintura no cuenta, D. G. no yergue su altiva figura, aparece sentado en tremendo sillón presidencial, que es precisamente su fuente de inspiración para ponerse a pensar: Daría... Daría..., ¡Daría cualquier cosa por sentarme ahí de forma vitalicia! ¡Daría el alma!
¡El problema! El demonio se lo suelta sin más.- Mijito, será un placer acogerte en su momento, pero, ahora mismo, careces de alma con qué pagarme el favor que pretendes. No obstante, de gratis, te recuerdo algo en lo que ya tienes suma experiencia. En el infierno terrenal, de nuevo están esperando por ti. Ya sabes, yo te doy, tú me das y perro a cagar..
Lo que sigue carece de misterio, no tiene interés alguno, y pa una cartica a LA NUEVA...
Lo que hace, la no tan pu..., imaginación.
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