Resaca poselectoral
Pasaron las elecciones que nos dejaron con más dudas que certidumbre. Hay un claro vencedor que es el PP de Feijóo, con 15 diputados más que Sánchez. Si comparamos con las del 19, Feijóo subió 48 diputados, Sánchez 1 y Bildu 1. El resto bajaron, se desplomaron o desaparecieron.
Una cosa quedó clara; el bipartidismo vuelve con fuerza, cuando muchos hace poco lo daban por muerto, y lo celebraban como cosa buena pues nos obligaría a hablar y negociar. No pensaba eso Sánchez, que dijo por activa y por pasiva que con el PP no pactaría, ni siquiera hablaría, incluso en Italia en una entrevista con el "Corriere de la Sera" principal periódico nacional. Vemos en nuestro entorno cómo naciones con pocos partidos funcionan bien; pero son capaces de hablar, negociar y entenderse, y algunas veces gobernar los dos más votados. Aquí, impensable.
El PP celebra de forma discreta su triunfo, pues, aunque piensa presentarse para formar gobierno, sabe que difícilmente encontrará suficientes apoyos. El PSOE se ve vencedor, y da por seguro el apoyo de casi todo el "arcoíris" parlamentario. Si los etarras y separatistas condicionan su apoyo a un referéndum de Cataluña y País Vasco, y amén de unos partidos de extrema izquierda que les apoyan en algo tan ilegal. No sé si Sánchez podrá dormir con un gobierno aún mucho más difícil que el actual. Si ni unos ni otros lo consiguen, vamos a nuevas elecciones, desaconsejable por donde quiera que se mire. ¿Y es esto la brillante perspectiva que nos auguraban con un Parlamento con diecinueve partidos? El próximo constará de doce, y ojalá el siguiente sea más reducido aún.
¿Y qué decir de aquellos que aseguran que Feijóo es el gran perdedor y que debería dar un paso a un lado y dejar que otro ocupe su puesto? No apunto a personal de la calle, hablo de políticos, periodistas y tertulianos relevantes. Veo en ello mucho interés partidista y mala fe, pues saben que es muy bueno y dificilísimo encontrar un sustituto de su valía. Yo veo algunos, pero ya les llegará su turno, son más jóvenes. Serio y predecible, experimentado y con una muy larga carrera política jalonada de grandes éxitos, como sacar a su partido de la debacle y llevarlo a la cima. Dicen que auguraba una mayoría absoluta. Veo algo de prensa, radio y televisión y nunca escuché eso de su boca. Doy fe de que muchas veces dijo que aspiraba a los 150 escaños que le podrían permitir gobernar en solitario con ayudas y que todo lo que pasase de ahí sería un resultado excepcional. Dígame quién no se conformaría con eso. Le llamaron mentiroso escandalosamente repetitivos con pocos y dudosos motivos gentes que tienen muy poco de que presumir y mucho menos de veraces.
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