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Cuando el interés se vuelve del revés

2 de Agosto del 2023 - Marino Iglesias Pidal (Gijón)

De repente me llegó esta conclusión.

Que no encuentro un posible entretenimiento. ¡Jo!

Que quiero que el rayo cumpla su función antes de que el trueno me llegue. O sea, que con la velocidad de la luz me llegue una idea que me abstraiga de la asquerosa realidad presente. Y que nada. Que no hay manera.

Que quiero que corra el tiempo para que deje de correr.

Y en ese momento del pensamiento, se me planta. -Te das cuenta de que comenzaste anhelando que tu vida fuera hierro al piso (con el acelerador aplastado contra él) y, ahora, ni el embrague, ni el freno de pie, ni el de mano. Nada te funciona. Y no hay forma de despegar el acelerador, que se ha quedado al piso pegado.

Puedes comenzar tu día a primera hora de la mañana. Ahora, deseando que el momento de levantarte llegue de una jodida vez, harto de dar vueltas en la cama. Antes, enrabietado, (primero, después maldiciendo) ¡Querías seguir en la cama! Soñando dormido o despierto, ¡pero en la cama! O sea, al revés.

Maldecías por lo que tenías que ponerte, calcetines, zapatillas... Ahora, por lo que no puedes quitarte, el óxido de cada una de tus bisagras, la maldita lumbalgia, la permanente neblina de tus ojos... O sea, al revés.

Discurría tu día entre reniegos por lo que, ¡por cataplines!, tenías que hacer. Ahora discurre tratando de inventarte alguna vaina que te ocupe. Al revés.

En similar momento de otrora, habrías pirado la escuela y estarías despelotándote en el prau para tirarte de cabeza al agua en La Islina. Ahora, por supuesto que nada despelote y ¡desde luego! de bañarte en el río o en la playa, ¡ni amarráu por una bola! Al revés.

Al mediodía, como si vinieras de la escuela, a comer les putes lentejes, ¡y no les dejes! Al mediodía de hoy, oye, unes lentejines con choricín y huevu cocíu, tan buenes. Al revés.

Por la tarde, pa la escuela, ¡por aquí! Pal Coto. A sentame apoyáu contra el paredón de la cárcel, mirando alguna variadora dar palos a la lana y soñando con: cuando sea mayor... Ahora, a tirame en el sofá, a ver si quedo dormidu y no se me vien ningún martiriu, nada, a la cabeza. Al revés.

Para no alargarlo demasiado. A la noche, deseando meterme en la cama para apresurarme a soñar despierto. Ahora, temiendo les putes pesadilles que, durante la noche, complementen les putes realidaes de durante el día. Al revés.

Y otro paso al revés, y otro y otro. Quién sabe cuántos, hasta llegar al del revés de nacer.

Y venga alegría, que la vida son dos días. Uno malu porque yes pequeñu y otru peor porque yes un putu vieyu.

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