Fundación Cajastur y sus obras arte
Hace ocho años gobernaba en esta tierra el mismo partido político que hoy, el PSOE. Un exdirector de la Obra Social de Liberbank preconizaba desde las redes sociales la defensa de la propiedad de las obras de arte de Cajastur. Activamente reclamaba a los poderes públicos una disposición para que las innumerables obras de arte, en propiedad de “la caja”, se quedaran en Asturias como parte de un legado artístico, en beneficio de todos.
La reclamación activa pasó por diputados regionales, locales, sindicatos, grupos empresariales, etc., en definitiva, por colectivos que deberían velar por el bien común y la riqueza de nuestro patrimonio cultural, el de todos. Obras que no había que adquirir, tan solo que se inventariasen y se pusieran a disposición para su conservación y exposición. Las respuestas fueron vagas, saliéndose por la tangente o directamente no hubo.
Algunos ciudadanos de a pie, conscientes de lo importante que es potenciar las buenas ideas, utilizamos las redes sociales para pedir e ir en la misma dirección, lograr que las obras se quedaran en Asturias, para el disfrute de los asturianos y de nuestros visitantes. Si, además, eras empleado de “la caja”, sufrías llamadas, presiones, te citaban para comentar: “No estamos contentos contigo”; “hablas mal, en redes sociales, de la empresa”; claro, eran jefes mandados o más bien comisarios políticos de otros tiempos.
Llegado a este punto, el devenir hace que el máximo responsable de Liberbank caiga en desgracia, su poder autoritario, aplicado durante tantos años, apoyándose en tantos personajes sin clase, sin categoría profesional, sin ser personas, se debilita. Su afán por el poder y estar en la cumbre de las pirámides se topa con andaluces. Muy luchadores por lo suyo y con independencia del partido político al que pertenecen, encabezan acciones tendentes a que la dirección de la entidad sea malagueña.
Y como una casualidad comienzan a oírse, leerse publicaciones tendentes a que la Fundación Cajastur realice un inventario de sus obras de arte para poder ser objeto de declaración de BIC por parte del Principado de Asturias. La Fundación, que debería disponer de ese inventario, pero con solo un empleado, cargado de tantos trabajos, difícil que lo pueda tener. No solo dice que no lo tiene, sino que está esperando a recibir una petición oficial al respecto, es lo que podemos leer en prensa hoy mismo.
Lamentable situación, los mismos políticos posicionándose de forma diferente, aprovechando que el máximo responsable de la entidad tiene otras preocupaciones y dejará de ser máximo responsable, en breve. La Fundación no solo no colabora, sino que dilata la comunicación, esperando que llegue la nota oficial. Para los asturianos la pérdida de obras artísticas, que estarán deteriorándose en oscuros almacenes, o que habrán pasado a despachos y/o viviendas para lucimiento de sus usuarios, al menos las más representativas.
Cada vez más, estas situaciones, en Asturias, se parecen a culebrones televisivos, aunque son pura y dura realidad. Esperamos ver el final, que este sea el lógico, en instituciones comprometidas con la sociedad.
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