Progresar no es mejorar
España, primera mitad del siglo XX: dos niños al borde de la acera compiten a ver quién de los dos avienta más meando, ríen desaforadamente y se van corriendo. G. K. Chesterton, que observó tal costumbre, afirmaba que con tales costumbres los niños de España nunca necesitarían psiquiatra. La prensa ahora relata que los niños tienen múltiples problemas a causa de las pantallas y que la psiquiatría infantil es demandada con gran angustia y necesidad.
España, segunda mitad del siglo XX: la Sanidad pública es una de las más eficientes del mundo. Ahora muchas personas se ven forzadas a gastar sus escasos posibles en seguros médicos. Mientras, la Sanidad pública tiene grandes listas de espera en un país con precariado y multitud de mayores de 65 años.
En los años sesenta del siglo pasado preguntaron al director de la RAND Corporation: “Tienen muchos ordenadores: ¿son inteligentes?”. “En absoluto, si les pedimos que tracen la ruta más corta para recorrer todas las capitales de los EE UU nos dirían que tardarían meses en encontrar la respuesta; algo que nuestros técnicos creativos con un hilo y unas chinchetas resolvieron en veinte minutos”. Hemos progresado mucho desde que la RAND Corporation simulaba con sus ordenadores miles de guerras económicas para saber cómo se podría sacar beneficio de ellas; ahora Bill Gates nos dice: “Pídale a una IA que escriba una historia corta sobre unas vacaciones en la Luna y podría darle una respuesta imaginativa. Pero pídale que le ayude a planificar un viaje a Tanzania y podría intentar enviarlo a un hotel que no existe”.
No mejoramos: ¿qué previsiones simulan las IA sobre la guerra o el grano de una Ucrania con su pueblo prisionero de la geoestrategia, quién alimentará de grano a África, quién prestará ayuda al hemisferio sur, quién desea disponer de puertos y preparar el asalto comercial al Pacífico y al Atlántico norte?, ¿a quiénes o a qué deben respeto Xi Jinping, Joe Biden, Vladímir Putin y Ursula von der Leyen?, o ¿a quién debe obediencia la política en España y nos compra nuestra deuda: esa con la que se paga la política?
Mientras: la Sanidad pública no mejora y aumentan los negocios de seguros médicos. “Los que queremos que España progrese somos más, muchos más”, dicen que dijo Pedro Sánchez en su noche triunfal, pero los que queremos que España mejore (en servicios públicos con atención personal directa justo al momento) no tenemos triunfo alguno, ni vemos a nadie capaz y disponible, ni se espera mejorar.
Carlos Muñiz Cueto
Gijón
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