La vía Carisa privatizada
Hay, recientemente, una costumbre muy extendida en la montaña central leonesa que consiste en cerrar las pistas, caminos y senderos con toda clase de artilugios que dificultan el acceso al montañero, o al simple paseante. Los pastos del abundante ganado no están vallados como es debido y así los animales ocupan libremente el espacio de tránsito desanimando a aquel que intente pasar. Pero el colmo es encontrar la vía Carisa con puertas desde su inicio en Pendilla. Un espacio histórico, un bien paisajístico, deportivo, turístico que deberían tutelar tanto León como Asturias porque una servidumbre de paso milenaria se debe recorrer sin obstáculos, con seguridad y sin riesgo de encontronazos con perros, vacas, toros y boñigas. Es una vergüenza que manifiesta una gran desidia por consentir la “apropiación” de los senderos públicos y muy especialmente de la vía romana de la Carisa.
¿Quién concede esos permisos?
¿Dónde está la autoridad competente?
Pilar García Suárez
Gijón
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