La codicia y el poder de la banca
La banca española, mediante un proceso de canibalización interna en el sector, ha reducido el número de bancos, lo cual ha generado un oligopolio bancario y como consecuencia una eliminación absoluta de cualquier tipo de competencia, situando en una posición de dominio a los vencedores de esta canibalización, con unos niveles de poder insoportables e incontrolables. Uno de los principales problemas de la banca es el continuo y permanente deterioro reputacional que soporta. Son capaces, y lo practican continuamente, de condicionar la vida de millones de personas con arreglo a sus intereses particulares. Nunca se presentan a ningún tipo de plebiscito, no les hace falta, ejercen su poder de forma absoluta y sin ningún tipo de cortapisa. Citar las numerosas actuaciones en las que su poder resulta insoportable requeriría de un voluminoso catálogo. La última de ellas que estamos padeciendo, de forma vergonzosa para la banca española e insoportable para los españoles, es la de cómo han aumentado sus ganancias de forma totalmente abusiva y anómala. Una anomalía basada en que actualmente la banca está cobrando a sus clientes unos intereses en los préstamos personales e hipotecarios, basados en unos criterios de encarecimiento del dinero que marca el BCE, y, por el contrario, el interés que pagan a esos mismos clientes por sus ahorros, que por lógica deberían llevar una correlación con los criterios que marca el BCE, están totalmente congelados. Lo triste de esta situación es que ninguna institución democrática, española o europea, cuestiona ese comportamiento. Atentos.
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