Hiroshima 78

5 de Agosto del 2023 - Javier Arjona (Siero)

Se cumple un nuevo aniversario de las bombas yanquis lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, y se vuelve a interpelar desde las alcaldías de aquellas ciudades japonesas, en el marco de la Red de Ciudades por la Paz, que el trabajo conjunto de instituciones y personas haga posible la eliminación de las armas nucleares, tal como determina la ONU desde su Tratado de 2017.

Pero una cosa es el deseo y la necesidad perentoria del desarme, y otra la realidad rampante de las guerras en curso y el beneficio obsceno de las instituciones financieras que las promocionan, incluso aunque hayan sido declaradas ilegales por NN UU.

Algunas de las empresas que más financiación han recibido por parte de los bancos españoles son productoras de armamento nuclear, beneficiándose también de la militarización de las fronteras, y aumentando sus beneficios.

En sentido contrario un nuevo informe de ICAN y PAX (“Alejándose de la Destrucción masiva”) cifra en 109 los bancos, fondos de pensiones y otras instituciones en todo el mundo con políticas que restringen activamente las inversiones en empresas productoras de armas nucleares.

Matsui Kazumi, que preside esta Red de Alcaldes/as por la Paz, y alcalde actual de Hiroshima, declaraba este 2 de agosto en Viena su agradecimiento y elogio por los esfuerzos para la paz de la Red, al tiempo que la preocupación porque la guerra en Ucrania no muestre signos de llegar a su fin, y que Rusia haya repetido la amenaza del uso de armas nucleares.

Considera que la situación sigue contradiciendo los llamamientos serios y de larga data para lograr la paz hecha desde las ciudades bombardeadas atómicamente.

Recordó cómo durante la cumbre del G7 en Hiroshima celebrada en mayo los líderes del G7, incluidos los del sector nuclear, como Estados Unidos, firmaron el libro de visitas del Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima después de visitar el Museo y haber escuchado a uno de los hibakushas (personas afectadas por las bombas atómicas).

Sigue diciendo el alcalde que le conmovieron tanto esos mensajes que demuestran una comprensión profunda de la voluntad de Hiroshima: la oración sincera por una paz mundial duradera y la convicción de que las armas nucleares nunca deben volver a utilizarse.

En la citada Cumbre, se emitió la Visión de Hiroshima sobre el desarme nuclear, asumiendo la gravedad, y reafirmando su compromiso de lograr un mundo sin armas nucleares.

“La teoría defectuosa de la disuasión nuclear, que ahora está en estado de colapso, debe ser abandonada. Ahora debemos empezar a tomar medidas tangibles para la eliminación total de las armas nucleares. Con ese fin, Alcaldes/as por la Paz, para los cuales sirvo como presidente, trabajará con nuestras más de 8.200 ciudades miembro en 166 países y regiones, para promover la cultura de la paz, una cultura que renuncia a todas las formas de violencia. Al hacerlo, nuestro objetivo es fomentar la conciencia de la paz a escala mundial, creando así un ambiente que anime a los políticos a seguir políticas exteriores a través del diálogo. Todos los que nos reunimos aquí hoy compartimos el mismo objetivo final de hacer realidad un mundo sin armas nucleares, y la humanidad tiene la responsabilidad colectiva de lograr este objetivo”.

El señor Matsui Kazumi reiteraba en esta sesión de esta semana en Austria el compromiso acordado con el desarme nuclear, como imperativo establecido desde el TNP de la ONU, e hizo un llamado a los representantes nacionales a reafirmar su obligación en virtud del artículo VI del Tratado de emprender negociaciones de buena fe para el desarme, y dar pasos significativos e inquebrantables para avanzar en la promoción de medidas concretas de desarme nuclear y no proliferación.

Y terminaba su interpelación el alcalde de Hiroshima: “Visiten las ciudades bombardeadas atómicamente” y “Pregúntense si les gustaría que sus hijas y sus hijos vivieran en un mundo con armas nucleares o sin ellas”.

Precisamente la prevención es el asunto de mayor insistencia, también en la cumbre paralela de jóvenes (encabezados por estudiantes de Hiroshima y Nagasaki) que se reunían y compartían sus experiencias al mismo tiempo que su delegación de alcaldes y alcaldesas.

“La prevención de estas consecuencias [catastróficas] debe estar en el centro de nuestros esfuerzos colectivos para lograr y mantener un mundo sin estas armas”.

El TPNW de 2017, que prohíbe las armas nucleares y las declaró ya ilegales, sigue sin ser ratificado ni firmado por España.

El TPNW complementa al TNP (de No Proliferación, aprobado en 1968 y que entró en vigor en 1970) y apoya la implementación efectiva del artículo VI, que compromete a los estados con armas nucleares a negociar el desarme nuclear.

Un centenar de revistas médicas de todo el mundo lanzaba un inusual llamado conjunto a actuar de manera urgente para eliminar las armas nucleares ante la “importante y creciente” amenaza de una catástrofe.

“El peligro es importante y creciente”, escriben en un editorial conjunto los editores jefes de once revistas de prestigio, entre ellas BMJ, Lancet, JAMA o New England Journal of Medicine.

“Los estados poseedores de armas nucleares deben eliminar sus arsenales nucleares antes de que estos nos eliminen a nosotros”, dice el artículo.

“El hecho de que todas estas revistas de primer plano se pongan de acuerdo para publicar el mismo editorial señala la urgencia extrema de la crisis nuclear actual”, declaró Chris Zielinski, de la Asociación Mundial de Editores de Prensa Médica.

El texto se publica la misma semana de la reunión en Viena del comité preparatorio de un nuevo examen del Tratado de No Proliferación Nuclear de la ONU.

El décimo examen de este tratado en 2022 no culminó en una declaración conjunta.

Este domingo también se conmemora el 78.º aniversario de la primera vez que se usó el arma nuclear contra civiles, en el lanzamiento de la bomba atómica de Estados Unidos contra la ciudad japonesa de Hiroshima, el 6 de agosto de 1945.

Cualquier uso de un arma nuclear “sería catastrófico para la humanidad”, afirma el editorial.

“Incluso una guerra nuclear ‘limitada’ que implique solo 250 de las 13.000 armas nucleares en el mundo podría matar 120 millones de personas y provocar una perturbación climática mundial que conduciría a una hambruna nuclear y a la puesta en riesgo de 2.000 millones de personas”.

¿A qué espera el Gobierno y el Congreso español para asumir el Tratado de Prohibición de armas atómicas? Es lo que se preguntan los numerosos ayuntamientos, asturianos y españoles que han aprobado moción al respecto.

Las hibakushas, como la niña Sadako Sasaki, que inmortalizaba la acción pequeña y universal de crear grullas de papel en la lucha por la paz, nos lo sigue recordando, junto a las otras escasas hibakushas sobrevivientes a las bombas.

El horror del mayor atentado terrorista de la Historia se muestra parcialmente en el museo de Hiroshima, pero también las grullas de papel, convertidas en bronce, como aspiración y propuesta de desarme atómico.

El desarme se posiciona con fuerza en base a principios esenciales para preservar la vida en el planeta, y para ello se deslegitima la posibilidad de que ningún país, grande o pequeño, siga teniendo o construyendo armas nucleares.

La Paz es un derecho humano a construir para preservar a la Humanidad.

Ojala los nuevos ayuntamientos asturianos se unan al de Xixón en la Red de Alcaldesas y Alcaldes por la Paz, para trabajar en ese sentido de forma más efectiva.

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