Soy funcionaria, lo siento
No sé muy bien por qué me he animado a escribir esta carta, supongo que porque hay alguien muy cercano a mí que me dio una idea y porque lo que estoy viendo en España ya no se puede aguantar. Como dice el título soy funcionaria, para ser exacta, soy enfermera, trabajo en un hospital público y nadie me ha regalado nada de lo que he conseguido.
Todo esto, lo escribo, a raíz, de la pasada huelga de controladores. Esto es indignante, que sólo tengamos que pagar la culpa algunos sectores de este país.
Nosotros no tenemos la culpa de la crisis porque seamos empleados públicos. La sociedad no puede creerse tantas mentiras de quien realmente tiene la culpa: este Gobierno y los que les apoyan. No piensen que porque a nosotros nos bajen el sueldo o nos quiten más de un 30% en la paga extra de diciembre la crisis va a desaparecer.
No sean tan manipulables, creo que somos muchos los que nos hemos preparado durante años para trabajar y seguimos haciéndolo, por eso, porque hemos ido a la Universidad, hemos conseguido una cultura y unas formas de ver la vida que no podemos creernos ahora lo que este Gobierno nos dice. Hoy he mantenido una conversación que me está haciendo decir esto, ellos no son los que mandan, los que tenemos el poder somos nosotros, el pueblo, y no somos tontos ni analfabetos como desgraciadamente pasaba con nuestros abuelos y padres y ellos lucharon porque nosotros estemos donde estamos, viviendo una vida mejor que la que ellos tuvieron. Aunque sólo sea por agradecimiento a ellos no podemos permitir que nos quiten lo que es nuestro.
Este Gobierno no está ni ha estado nunca preparado para llevar un país, no saben de nada, no tienen sentido común, mi madre y cualquier otra mujer que lleva un hogar sabe más de economía que ellos. Hace unos años, en un viaje, tuve la suerte de conocer a un camarero que todos los días me servía el desayuno amablemente. José se llamaba y era hondureño; quedaba muy sorprendida cuando le oía hablar en inglés, francés, alemán, griego, chapurrear el turco cuando atendía a otros clientes, me parecía alguien muy competente. Pues una mañana hablando con él, me confesó que casi no sabía escribir, que todo lo había aprendido de oídas, por necesidad, para poder tener ese puesto de trabajo y mandar el dinero a su familia. ¿Dónde quiero llegar? Pues que este camarero podría hablar con cualquier presidente de cualquier país del mundo y el señor Zapatero en ocho años no ha sido capaz de aprender un poco de inglés para hablar con su colega Obama, ahí quiero llegar, a que este Gobierno no está preparado para llevar un país y que cuando encima ni se intenta y se les hecha la culpa a los trabajadores, esto te indigna y mucho.
Así que dejemos de echarnos la culpa unos a otros que en España se nos da muy bien y veamos más allá de la televisión, que aunque no es del todo mala, hay mucha basura. Nadie dice nada de otros trabajadores, no se dice o se oculta, como hay muchos desempleados que prefieren estar en paro y hacer chapuzas por las casas, y encima terminan el paro y cobran los famosos 420 euros, flaco favor ha hecho el Gobierno, porque ese dinero no sale del Gobierno ni de los banqueros que son los que tienen el dinero, sino de gente como yo que tenemos una nómina y no podemos ocultar el dinero negro que hay en este país, y es mucho. Cuantos ganaderos y agricultores están obteniendo beneficios y además cobrando subsidios agrarios y ganaderos (y no ven una vaca en meses). Todos estos aspectos hay que verlos y saberlos y no echar a los leones a los funcionarios o a los currantes que pasan doce horas al pie de una barra o amasando pan. Para terminar, un poco de optimismo, en España hay gente que vale mucho y está dispuesta a seguir adelante; de esa gente es de la que nos debemos fiar porque o esto lo arreglamos nosotros o el barco se hunde, y a las profundidades.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo