Para Ovidio Sánchez, traición igual a compostura
Estoy de acuerdo con Ovidio Sánchez en que vivimos tiempos de paradoja política. Un ejemplo de ello es lo que, en los últimos meses, viene sucediendo en el PP de Asturias, que no levantará cabeza si al frente del mismo algunos se empeñan en poner a uno de los principales causantes de la derrota que esta formación tuvo en las elecciones autonómicas de mayo de 2023.
Porque, efectivamente Sr. Sánchez, una derrota es una derrota por mucho que se empeñen en intentar hacernos creer que casi se ganan las elecciones con el candidato Diego Canga, un paracaidista que impuso la dirección nacional con el beneplácito del secretario general del PP de Asturias (que no presidente en funciones, porque esa figura no está reconocida en los estatutos del PP).
Un candidato que venía con un único objetivo: ganar las elecciones; y esa fue la explicación a la sustitución de la que iba a ser candidata del PP de Asturias y que llevaba tres años trabajando para ello.
Pero el candidato Canga no ganó y, por tanto, el secretario general Álvaro Queipo no fue capaz de conseguir el objetivo anunciado.
Por tanto, Sr. Sánchez, si usted hace responsable a Álvaro Queipo del resultado de las elecciones generales en Asturias, en las que él no se presentaba, debería hacerle responsable del fracaso del PP en las elecciones autonómicas, en las que fuimos de las pocas CC AA de España que no conseguimos gobernar, en las que además el propio Álvaro Queipo iba de número uno por el Occidente, circunscripción en la que el PSOE ganó al PP, al igual que sucedió en las elecciones autonómicas en su municipio, Castropol, donde también le ganó el PSOE.
Sr. Sánchez, déjese de intentar influir ahora en el PP de Asturias, cuando usted lleva años fuera de nuestra tierra y no le ha importado lo más mínimo lo que ha sucedido en esta formación política en la última década. Si a usted le importara algo nuestro partido, sabría que la persona a la que usted ahora denomina “mejor baza” ha sido capaz, entre otras muchas tropelías, de expulsar a varios de los miembros de la junta directiva local de Laviana (su municipio) por capricho, porque le ha dado la gana.
No se puede dirigir una organización política actuando por caprichos ni intentado mantener la compostura de cara al público y ofreciendo cargos a diestro y siniestro cuando por detrás eres capaz de vender a todo el que te moleste para conseguir tu objetivo.
Es extraño que se descuelgue usted ahora, después de tantos años sin querer saber nada del PP de Asturias, intentando fortalecer a un secretario general que públicamente quiere hacer creer que cuenta con la mayoría del partido y en la intimidad confiesa que más de la mitad de ese partido no lo quiere. Veremos a qué se debe.
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