El alcohol genera gasto, enfermedad y violencia
El alcohol es una droga generadora de violencia, depresión, degeneración, locura y agresividad. Mucha violencia de género y otras violencias están relacionadas con el alcohol, a él se recurre cuando vienen desencuentros y problemas personales, laborales, familiares y económicos; es destructivo de la personalidad y del raciocinio.
Lo curioso es que está bien visto en la sociedad: celebraciones, brindis, comidas...
El alcohol es culpable directo de enfermedades graves, y no necesariamente tiene que ser consumido en cantidades extraordinarias, sino que entra dentro de lo que mucha gente pensaría que es un consumo moderado o normal, pero si es continuado puede dañar y mucho nuestro organismo.
Qué decir de los accidentes laborales y de circulación. Recuerdo cuando prohibieron meter vino en las minas: bajaron los accidentes de un plumazo.
Estoy seguro de que si la sociedad dejara de consumir alcohol esta violencia que tanta frustración causa en nuestros días (género, violaciones, agresiones, asesinatos...) disminuiría también radicalmente. Además de ahorrarnos millones en tratamientos relacionados con esta droga, y otras muy unidas al consumo de alcohol.
A pesar de que seguro que muchos especialistas inciden en ello, creo que por intereses económicos y otros muy arraigados en la sociedad como son eventos, bodas, comuniones, encuentros, reuniones, celebraciones... Y ser un país de raíces profundas de buenos vinos y sidras, nadie se atreve a poner el cascabel al gato.
El alcohol cambia a la persona, la aleja de la moderación, la coloca al límite de la exaltación, cualquier discusión detrás de copas es un canto al conflicto, el respeto y la moderación dan paso al ridículo y a la obcecación.
Por todo ello, si queremos una sociedad sana y equilibrada, sobra el alcohol.
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