Las propinas
De vez en cuando sale a la palestra en las tertulias de amigos el tema de la propinas, principalmente en el sector de la hostelería. Se suele decir que le doy una propina al camarero porque me ha atendido muy bien, es decir, porque ha hecho bien su trabajo.
Atiendo muy bien a todos mis clientes y nunca me han dado una propina, interviene el vendedor. En el banco despacho con los clientes muy correctamente y tampoco recibo una sola propina, proclama la gestora de cuentas. En la fábrica hago bien mi trabajo y el jefe no me da propina alguna, me paga el sueldo convenido, sin más, añade el operario. Como funcionaria del Ayuntamiento procuro prestar la mejor atención a los ciudadanos y nunca he visto una propina. En mi taller de reparación de coches se hace un buen trabajo, los usuarios salen satisfechos y no solo no me dan propina, más bien se quejan del precio, protesta el mecánico. El último de la tertulia es conductor de autobús, que maneja muy bien su vehículo y expendo los billetes correctamente y con una sonrisa al viajero, y de propinas nada de nada.
Resumiendo, todos hacen bien su trabajo y no reciben propina por ello.
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