Lagos de Covadonga, ¿producto o recurso?
Señor presidente, no puedo compartir sus visionarias declaraciones acerca de los milagros de la Santina para evitar mayor catástrofe en el accidente de los Lagos.
Si bien me permito hacerle ver que el milagro es de la santa topografía que con una inclinación ajustada evitó males mayores: la formación geológica de hace unos 300 millones de años que hizo su milagro. Este terreno, señor presidente, forma parte del patrimonio de cuantos andamos la montaña. Es camino andado de pastores, meta y puerta de sendas, de refugios, de ascensiones, cimas, paredes, es también contemplación y descanso, vida y modo de vida. Los que amamos la montaña, señor presidente, la amamos sin prisas, sin horarios, sin tiempos, ni barreras que suben y bajan.
Las medidas adoptadas por su Gobierno e impuestas de un día para otro de manera arbitraria e irracional me llevan a cuestionar tal decisión e inaptitud, ya que no analiza y asume las causas, sino que busca culpables. Le aseguro, señor presidente, que no somos los montañeros ni nuestras mochilas, ni nuestros piolets, ni nuestros bastones y cuerdas, los que provocan el riesgo. Un riesgo que hace 25 años se debatió, un riesgo de masificación, de falta de sostenibilidad, de agresión al medio, un riesgo de monopolio empresarial, de grandes transportes, de falta de mejoras en el pavimento, pero sobre todo el riesgo de no saber gestionar un recurso natural de esta envergadura y convertirlo en un producto de consumo que incrementa porcentajes de visitas y las muestra como si de un trofeo se tratase.
No le diré, señor presidente, la importancia y necesaria lección que nos brindan nuestros vecinos de los Pirineos y de tantos otros parques naturales nacionales. Me piden como federado en FEMPA que solicite con un mínimo de cinco días la actividad a realizar en el Parque para poder acceder a Peñasanta, Porru Bolu, La Fragua, el Cotalba, Jou de los asturianos, Torre del Alba o cuantos más pueda y quiera disfrutar. Con cinco días de previsión en estos espacios, el tiempo no cambia, permanece estable. ¿O no?
Regular una práctica turística y deportiva que las hagan compatibles tal vez no resulte fácil, pero sí es necesaria en tanto que los intereses de dos colectivos pueden diferir en un aspecto: uso y pedagogía del espacio.
Asturias presenta puntos rojos determinados por la masificación, en determinadas zonas y espacios: los Lagos, Cares, Bulnes, Urriellu y, sobre todo, Pandébano, un espacio a través de una pista de alta montaña, con riesgo elevado, donde se van ubicando de tres a cinco coches en escasos espacios donde compiten vehículos y ganadería por ganarse una sombra.
Esto no es resolver un problema en un espacio protegido a través de una pista que fue creada para uso exclusivo de ganaderos.
Recompongamos, señor presidente, un espíritu de ocio y deporte, turístico también, de montaña, a través de unas normas que lo hagan compatible y sobre todo sostenible.
No será fácil, pero sí es posible, ya que, si conseguimos acercar Madrid y Gijón en tres horas, más sencillo será gestionar una carretera de 12 kilómetros. Existen medidas que hagan viable la compatibilidad del uso turístico y deportivo: medidas de restricción de visitantes, adecuación de espacios e infraestructuras con fondos públicos y privados, priorizar usos y recursos a ganaderos y facilitar el acceso al uso deportivo a colectivos y particulares federados, gestión del transporte de pasajeros a través de pequeños y medianos vehículos gestionados por empresas locales.
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