Padre de hijos/as con DC
Hoy escribo sobre la figura paterna, tan importante y necesaria y a veces invisible.
Mis escritos siempre van dirigidos a las madres de personas con DC (a las mujeres nos enseñaron a ser todo terreno: mujer, madre, esposa, enfermera, psicóloga, etc.). Pero, sobre todo, cuidadora oficial de personas vulnerables hasta que nos toque descansar eternamente.
Trabajamos las veinticuatro horas del día sin sueldo (eso se lo ahorra el Estado), pero siempre la mujer, la madre, es la que lleva todo a cuestas y si un día gritamos porque no podemos más lo que dicen es que estamos histéricas y nos tenemos que calmar.
Qué fácil es hablar desde la seguridad que nosotras tenemos que lidiar con todo.
Pero si ellos se tienen que quedar a cargo de todo lo que hace una madre; aunque solamente sea una semana... (bien poco es) se tiran por un precipicio.
Por eso hoy escribo sobre el padre de hijos con DC.
Los clasifico por maneras de actuar y de estar:
El padre pasota... pasa de todo porque está convencido de que los hijos están en mejores manos con su madre.
Es el típico machista que es padre en teoría, pero que sea la madre la que cargue con todo.
El padre que se ha volatilizado porque no puede soportar la discapacidad de su hijo o hija, es el típico señor que no soporta que miren a su hijo, en algunos casos se avergüenza de él porque el qué dirán le importa más que aprender a entender a esa persona que depende de sus padres.
Hablando en plata, es la rata que abandona el barco en busca de una tabla salvadora que le aleje de una vida muy complicada... Que se arregle la madre como pueda... porque él no puede con esto y necesita relax.
El padre que está pero como si no estuviera y encima da más que hacer a la madre de su hijo que él hijo mismo.
Un jeta de libro.
El padre no biológico que se implica a tope con el hijo/a con DC de su pareja está demostrando que la palabra padre refiriéndonos al biológico le viene muy grande, padre no es el que engendra, padre es el que cuida, mima, protege al hijo/a de su pareja.
Estos padres son merecedores de todo reconocimiento.
El padre mayor veterano en estas lides merece una matrícula de honor.
Este padre que peina canas y va perdiendo reflejos, fuerzas... En sus años de juventud pienso que su ilusión era formar una familia al uso, como mandaban las normas de las buenas costumbres...
Y cuando esperaba que todo iba ir sobre ruedas llega al mundo una personita que por su discapacidad trastoca las ilusiones de ese padre y toca enfrentar la dura realidad.
Ahora, cuando el padre está entrando en la vulnerabilidad (por su edad), tiene un hijo/a adulto pero por su discapacidad también vulnerable.
¿Os imagináis las vueltas que ese padre le da al futuro de ese hijo/a?
Ese padre también ha pasado y sigue pasando lo suyo. Cuando la discapacidad llama a la puerta todo se vuelve más complicado, la prioridad ya no es ni el padre ni la madre, la prioridad es esa personita indefensa cuando es bebé, e indefensa cuando es adulto.
Valoro a ese padre que tiene que olvidarse de ir por lo establecido y adaptarse a su hijo/a. Y lo hace lo mejor que puede, y se informa y aprende que la realidad de su hijo/o es totalmente diferente a la realidad de los neurotípicos. Por lo tanto tiene que reciclarse y aprender lo que de joven por estar trabajando, u ocupado en otras tareas no practicó, pero como dice el refrán “Envejeciendo y aprendiendo”.
Para terminar añado lo que la mayoría de las madres que vivimos la realidad de la discapacidad pensamos.
“Para ser justa también hay que reconocer que hay padres que están codo a codo con su mujer luchando en el mismo frente y colaborando en casa, y con sus hijos en todo lo concerniente a sus necesidades, higiene, ocio, actividades deportivas, médicos, etc.
Me chirría cuando escucho decir... ¿Te ayudo?
No necesitamos que nos ayuden... ¿Qué es eso?
Se necesita colaboración. Viviendo bajo el mismo techo se colabora en el reparto de tareas porque de no hacerlo es cuando las madres que llevamos toda la vida al pie del cañón nos volvemos histéricas y gritamos por todo.
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