Aislándose de lo real
No seamos incautos, el que triunfa y se lo queda todo paga ideas, motivaciones, manipulaciones e incluso, para proteger su existencia, atosiga a la banca obligándola a reuniones con miembros de partidos políticos. Partidos que construyen programas de gobierno; de gobiernos que acaban protegiendo a la atosigada banca. Pero el que triunfa y se lo queda todo sigue actuando: triunfa, manipula, motiva, y paga las ideas que quiere que se le desarrollen.
Ante tanto perjuicio propio y general, ya no somos buenos progenitores, ni consumidores, ni usuarios, ni tenemos buenos criterios. Si no usamos mejor “La Máquina” (robots más IAs) no mejoraremos. Algunos empresarios se preocupan ahora por el descenso de la natalidad que les obliga a aceptar la ayuda de emigrantes y que les hará tener menos clientes y beneficios; otros temen no tener suficientes productores para mantener las altas demandas de empleo que reducen salarios. Las empresas más robotizadas y digitalizadas se lo quedan todo, e imponen precios a la baja a sus proveedores. El productor proveedor tendrá que transigir, pues ya no le queda nadie a quien vender a un precio mejor y más justo. Otro comprador que tenía, al tener menos clientes, se le amontonó el producto, se le caducó y, a causa de inversiones de mejora, se endeudó con la banca y, no pudiendo devolver su deuda, quebró y la banca no ganó. El que triunfa y se lo queda todo no necesita préstamos de la banca, él mismo crea tarjetas de crédito para sus clientes como si fuera un banco. Los bancos, no queriendo reducir beneficios, reducen oficinas a oficinas sin personal, y se equivocan. Piensan que si sus clientes son solo móviles y dispositivos y no personas mejorará su cotización. El mundo virtual va ganando mientras prescinde de las personas, o las sustituye por sus móviles o avatares. Los amos creen que robots contra robots, IA contra IA, competirán entre sí por ver cuál de ellos se lo quedará todo. Especulan en el metaverso con los mercados de NFTs e intercambian bitcoins mientras sube su valor; se atosiga así a la banca, que se aleja de su compromiso social, al no atender a la gente real. Ya a nadie le importa si la gente naufraga aislada sin trato personal. ¿Creen que esto a largo plazo lleva a alguna mejora para ellos y para los demás? No, solo es peligrosamente estúpido.
Los supervivientes crearán lejanas y pequeñas comunidades de autosuficiencia e inteligencia, pero hasta allí llegará “La Máquina” a por materias primas para reproducirse y, ante tan imperiosa necesidad, destruirán las comunidades y se dejará a la humanidad sin poder protegerse ni procrear. Porque, al fin y a la postre, no se elige la inteligente vida real cuando los amos de “La Máquina” buscan triunfar únicamente por la maldad de su bien particular.
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