Cinco sentidos
Dicen que el amor es ciego. Cuando estamos enamorados, en nuestro cerebro se desactivan los mecanismos de alerta para descubrir lo negativo de la otra persona. Se activan, además, neurotransmisores y hormonas que aumentan nuestra sensación de placer y euforia. Nos quedamos sin vista, ciegos, con un obnubilamiento casi perpetuo cuando vemos aparecer al otro/otra por esa carretera en obras con la camisa de marca americana que le queda como un guante o con ese vestido con escote incluido. Nos quedamos sordos, o, quizás, hacemos “oídos sordos” a cualquier consejo o advertencia que de esta persona nos pueda llegar y solo oímos sus palabras; nos quedamos sin palabras, además, con nuestra pituitaria a cien cuando nuestro olfato se activa por ese perfume de Loewe o Ives Saint Laurent que nos libera la imaginación. El gusto se desgasta por unas papilas gustativas de tanto comerse a besos y saborear los platos que prepara sorpresivamente un fin de semana y, por supuesto, sin olvidar el tacto, que rompe la barrera de la distancia para convertirse en cercana y donde la intimidad llega a perder lo milagroso de tanto usarse.
El amor es un sin sentido; es poner los cinco sentidos para quedarse sin ellos.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

