De la España vaciada a la España quemada
Soy pesimista, lo sé, pero no pasará mucho tiempo para que nuestra querida Asturias con nuestros inmersos bosques sea portada en los periódicos e informativos de tirada nacional.
Todos los años vemos desde la distancia cómo otros territorios de la geografía nacional son pasto de las llamas en vigorosos incendios incontrolables por el ser humano.
Asturias es, probablemente, la comunidad autónoma con mayor incidencia de dos de los pilares básicos para el desarrollo de grandes incendios forestales: el combustible y la topografía.
Si a estos pilares le sumamos veranos de gran sequía que deshidratan el combustible a niveles máximos y que hacen que nuestros prados no hagan de cortafuegos como en los incendios de invierno, tendremos el coctel perfecto.
No puedo más que indignarme cuando en mis excursiones de verano veo a vecinos quemando restos en sus parcelas a escasos metros de zonas forestales, cómo las barbacoas de algunas áreas recreativas funcionan a pleno rendimiento y cómo la vegetación oculta los quitamiedos de las carreteras por falta de limpieza y, en definitiva, falta de prevención.
Parece que los incendios de abril fueron hace diez años.
Los organismos responsables tienen mucho trabajo por hacer. Y yo, que soy pesimista, pienso que al final pasará lo de siempre: nos lamentaremos.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

