Contar las olas del mar
Puede parecer surrealista dedicar el tiempo libre a contar las olas del mar pero hay alguien de quien me han hablado que lo practica a diario y que lo comenta como si fuera lo más normal del mundo.
Quizá sea normal para él, pero no debe ser fácil y tiene que requerir mucho entrenamiento. Entrenamiento, voluntad, constancia, tenacidad, y disciplina, mucha disciplina. Y aun así no sé, no sé.
Me imagino a mí mismo intentándolo en un acantilado del Cantábrico, porque es muy relajante mirar al mar, pero no creo que sea capaz de contar más de tres olas seguidas, aunque para eso están los contadores automáticos de secuencias y habrá alguno, supongo, que pueda contar las olas del mar.
Porque hacerlo así, a pelo, una ola después de otra, y así sucesivamente, me lo creo porque me lo ha contado mi prima Cristina, pero solo por eso.
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