Keiretsu de la diversidad
Es lamentable que asociaciones del medio rural se quejen por acciones de la Administración que, a pesar de haber sido establecidas como posibles ayudas, estén perjudicando a las pequeñas explotaciones familiares. Sorprende así mismo que, cuando un empresario autorizado dice que las cabras en Asturias tienen un buen futuro económico, las asociaciones ganaderas digan que se dificulta la recuperación de cabras y ovejas en los montes asturianos. Más asombroso es que denuncien una gentrificación del medio rural con reclamaciones del tipo: el canto del gallo mañanero nos despierta o el “cuchu” huele mal. Hemos de cambiar la mentalidad y, haciendo un buen uso de “La Máquina” (robots, IA e internet), ir facilitando que las pequeñas explotaciones familiares colaboren entre sí unidas en un “Keiretsu” que las empodere.
Con el “laissez faire, laissez passer” hemos dejado actuar a la avaricia en completa libertad, y hemos conseguido un estúpido y compacto acaparamiento. Si no vemos la bondad de lo pequeño y lo diverso, ni cómo su dispersión puede ser compensada por el buen uso de “La Máquina” (LM), no vamos a facilitar bienestar a esas pequeñas comunidades rurales que nos son tan necesarias para un futuro de autonomía alimentaria frente a las hambrunas; ni impediremos que la gentrificación menosprecie al gallo y quiera eliminar a las vacas imponiendo su dominante y absurda percepción.
El concepto de “keiretsu” está bien indicado aquí, pues se establece cuando “una empresa central, que no es una cúspide jerárquica, plantea montar un entorno económico adecuado que ayude a diferentes empresas a autocoordinarse para aunar esfuerzos y posteriormente realizar un reparto equitativo de los resultados”. Esa empresa central podría ser LM. Pues se ha de excluir la compactación por grandes acaparadores que expulsan a las pequeñas explotaciones familiares y las hacen abandonar sin relevo generacional, yéndose a vivir a la ciudad con la generación siguiente en la precariedad, obligada a hacer cosas sin poder pasar de ellas. Entonces, el “laissez faire, laissez passer” ni da libertad ni bienestar. Lo que la Administración debe realizar es llevar internet y comunicaciones a las quintanas y montar en las villas aulas culturales plenamente equipadas y conectadas a internet: lo que permitiría enseñanzas y aprendizajes. El resto sería facilitar la implantación de servicios presenciales, abriéndose así las puertas al retorno al medio rural.
Otro concepto que vendría bien tener en cuenta sería: “ser en cuanto los demás son” (ubuntu), algo que también es muy apropiado en un “keiretsu”, donde ética, crítica y diversidad eliminarían, usando LM, verticalidad, compactación y acaparamiento.
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