Rubiales abre un debate sobre el delito subsidiario
Rubiales hizo lo correcto no dimitiendo; si alguien tiene algo en contra de él que acuda a los tribunales de justicia, no se puede aceptar esa justicia callejera, esa tiranía de las ofendidas subsidiarias.
Ese beso puede no ser correcto, pero catalogarlo de delito sexual es un exceso.
La persecución de ese modo, el señalamiento público sin juicio, la justicia callejera, el revanchismo... Eso debería estar penado.
Están aplicando aquello de la pena de los telediarios a rajatabla, más que nunca, ahora los medios y “profesionales” no son libres muchos de ellos.
Nos llevan a la censura y denuncia por sensaciones.
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