El futuro de nuestros jóvenes
Quizá sea difícil aventurar para nuestra juventud un futuro mejor y no solo una perspectiva superficial .Sin pretender paraísos imposibles, pero al menos un mundo con imágenes diferentes a las vistas últimamente en televisión. Nadie piensa hoy ni les desea un mundo utópico ni ficticio, pero sí de tranquilidad, humano y justo. ¿Los protegemos, por ejemplo, con esas imágenes tan groseras como repetidas de los tan bajos tocamientos del señor Rubiales? Un ultraje a la cultura. Soy anciano y mi perspectiva es muy diferente a la de los jóvenes, es verdad. Pero con personas y medios de comunicación que repiten una y otra vez gestos así, pienso que nuestros jóvenes y niños no lo van a tener difícil. Alguien me dirá que son cambios de época, pero me es imposible vislumbrar una mejor estructura pedagógica. Creo que nuestra estructura pedagógica y nuestro ejemplar estilo de vida están envejecidos. Pero no sé si en realidad nos preocupa en serio a los mayores el futuro de nuestra juventud. Viendo lo que estos días he visto, me enrojezco. Naturalmente que a mí me gustaría en cambio soñar con muchos de ellos con mundos de ternura, amistad y sinceridad. Pero temo estar pisando ya un terreno imposible.
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