Ola de condenas con ensañamiento
Impresentable, vulgar y soez actuación del presidente de la Federación de Fútbol en la celebración del Campeonato Mundial de fútbol femenino que exigía, desde el minuto uno, la inmediata destitución de su cargo, sin defensa alguna que valga. Quede claro.
Puede que Luis Rubiales sea, supuestamente, un gañán, putero, corrupto, idiota, canalla, imbécil o un simple asno, puede. ¿Valida eso que su “espectáculo”, denigrante y esperpéntico, haya sido una agresión sexual?, ¿dónde? ¿Valida que puedan caerle hasta cuatro años de cárcel?, ¿por qué?
El debate que aún no ha comenzado es definir qué es un beso consentido, pues lo que se consiente y no consiente es una variable que incluye forma, duración y tiempo. Por ejemplo: beso con/sin lengua, con/sin babas, con/sin ruido, con/sin violencia, beso rápido, pico, torniquete, rosca, nudo marinero, de ayer a las 7 de la tarde, de hoy a las 9 de la mañana o 12 del mediodía...
Vamos, que en aplicación de una ley, la del “Sí es sí”, que espera a ser derogada y ha supuesto la hoguera para su promotora, pasas de un acto consentido a tu ejecución, en cero coma...
¿Por qué ya nadie se acuerda del Tito Berni, sus secuaces, coca y pilinguis? ¿Y los menores abusados en centros de protección de menores? ¿Tailandia ha dejado de existir?
Particularmente, este sinsentido de Rubiales me ha parecido igual de mal que el beso robado de Anabel Alonso a Jordi Cruz en “Masterchef”, el “abuso” de Yolanda Díaz sobre el casi octogenario Lula da Silva en su toma de posesión, o el acoso bochornoso de Mercedes Milá al actor cubano William Levi, quien reconoció: “Lo que ella hizo cuando declaró su amor por mí no lo podría hacer un hombre. Va preso”.
Al mismo tiempo me parece un “atentado” de bandera falsa, oportuno y necesario para difuminar el impacto que supondría la traición de traer a España a un huido de la Justicia, amnistiarlo y cubrirlo de oro para vergüenza y bochorno de los que respetamos la Ley y aún creemos en el Estado de derecho.
¿Respetar la presunción de inocencia, dice? ¿Eso qué es? En Francia te detienen por un silbido o un piropo a una mujer.
¡Anda, mira, una ardilla!
Saludos cordiales.
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