Bomantí y el discurso femenino
Aitana Bonmatí ha recibido el premio más deseado por cualquier futbolista, el "Balón de oro", que, reconoce a su vez, a la mejor jugadora del mundo durante la temporada. El fútbol femenino español ya tiene tres (2 para Alexia Putellas y 1 para Aitana Bonmatí); el fútbol masculino solo tiene uno, el ya legendario concedido a Luis Suárez en 1960.
Aitana Bonmatí, a sus 25 años, ha conseguido dos Champions, cinco Copas de la Reina, cuatro ligas y el reciente Mundial. Inconformista en el campo y fuera de él. Odia fallar un pase y es la última en marcharse tras los entrenamientos. Es pequeña y de apariencia frágil, pero su fútbol encandila, atrapa y te hace vibrar. Sus compañeras la buscan, sabedoras de que es un valor seguro para la siguiente jugada. Fuera del campo es una devoradora de libros, influencia probable de sus padres (profesores de lengua y literatura catalana); de inquietudes sociales sólidas, odia las desigualdades, por lo que se convirtió en una activista más de ACNUR (su premio como MVP de su primera Champions, de 50.000 euros, lo donó para la lucha en favor de los refugiados) y colabora con varias ONG.
No podía dejar pasar en su discurso de agradecimiento al recibir el "Balón de oro" el rechazo a los acontecimientos que han enturbiado y ensombrecido la gesta de ganar un Mundial, protagonizados por un personaje salido de las cavernas y de las estructuras institucionales que lo han permitido: "Como sociedad no debemos permitir que se haga abuso de poder en una relación laboral ni faltas de respeto. Desde mi compañera Jenni [Hermoso] a todas las mujeres que sufren lo mismo, estamos con vosotras. Y espero que sigamos trabajando para que esta sociedad mejore". A su lado estaba el Erling Haaland, ganador masculino del "Balón de oro", quien, como todos sus antecesores, desgranó un "discurso" tópico y previsible de agradecimiento por el premio y dedicado a sus familiares y amigos. Punto. Para esta gente no hay vida más allá del fútbol. Supongo que al escuchar el discurso y alegato de Bonmatí habrá dicho para sus adentros: "Cosa de mujeres".
La seleccionara de Inglaterra, Sarina Wiegman, elegida mejor entrenadora de Europa, para quien sí existe vida más allá del campo de fútbol, también se acordó de lo que estaba pasando en España: "Lo que ocurrió con la selección española después de la final me ha hecho mucho daño. Queda mucho por andar en el fútbol femenino. Dedico este trofeo al equipo español femenino, que jugó un gran torneo. Este equipo merece ser escuchado y merece poder celebrar".
Es el discurso femenino que, junto a esa manera distinta de hacernos disfrutar del "deporte rey", rompe con los discursos vacíos, insulsos, gremiales, en ocasiones machistas, que jamás encuentra un resquicio para señalar lo que ocurre fuera del campo de fútbol... en la vida.
El día en que el deporte femenino en general, y el fútbol en particular, alcancen el reconocimiento social y sus valores lleguen a la sociedad en su conjunto, seguramente cambiará todo y los personajes salidos de las cavernas de la historia ya no tendrán espacio para tocarse los huevos para celebrar un gol.
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