Preocupación
Soy consciente de mis limitaciones al ponerme a escribir hoy. Pero el impulso me lleva a situarme en ese mundo que observo tan impredecible para mi imaginación. Escribir es para mí hoy una forma de indagar, o de querer situarme a mí mismo entre la pasión y la calma tan perturbadas ahora. O tal vez en busca de ellas.
Creo que mucha gente es consciente de los desafíos ambientales y sociales, de la hambruna y sequía que nos amenazan. Muchos, sin esperanzas ni ilusiones, ya hablan del choque entre la democracia y el capitalismo. ¿Estamos viviendo retrocesos? Hay quienes aún creen en nuestras posibilidades, pero el cambio de los valores es preocupante para todos, sin embargo.
Pero hoy quizá deba hablar de cosas más sencillas, pero más preocupantes para mí: del silencio de unos o la crítica de otros al Papa Francisco en la misma Iglesia. Me escandaliza. Sus declaraciones en nada se apartan del Evangelio. Ni sus fuertes críticas al liberalismo, a la globalización sin reglas, al consumismo, al populismo, a la falta de empatía hacia los inmigrantes y a lo que considera tiranía de la propiedad privada sobre el derecho a los bienes comunes. No lo entiendo. Y es triste llegar a mis años a la conclusión de no entender nada.
Ceferino Suárez de los Ángeles
Avilés
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