Salgamos de toda tierra baldía
Nuestra realidad socio-politica nos preocupa a todos. Ante todo, el cambio climático, el hambre, las guerras, las injusticias, la desmoralización. Y tantas más. Pero, hoy por hoy, no la podemos controlar. Todos lo quisiéramos, pero tardará en dejar de ser un sueño.
Claro que entre nosotros existen altruismos, compasión, amistad y buenos deseos. Pero me temo que no en grandes cantidades y, además suelen ser estos sentimientos por lo general pasajeros. Y hasta hay quienes, pienso que por miedo, prefieren dejar las cosas como están: pasan de largo o de página o de canal.
Y mientras tanto unos dan bandazos a un lado y a otro, muchos sufrimos los discursos de algunos políticos y jerarcas que insultan a cualquier inteligencia adulta. Son muchos los que se especializan en disparar alarmas interesadas, por lo que generan más preguntas y dudas que respuestas. Triste espectáculo.
Pero no hemos de retroceder ante estas miserias. Tampoco intentemos escapar. Y salgamos de toda tierra baldía. Es difícil, pero sigo pensando en nuestra capacidad de enfrentarnos a las apocalípticas amenazas, a tantos combativos autoritarismos y a los míticos relatos. No tengamos miedo. Hay que ver con nuestros propios ojos. Es posible superar racionalmente y afrontar con confianza muchas de estas dificultades que hoy nos apremian. Y al menos para que los que vienen detrás puedan así vivir ese sueño maravilloso que es y fue para nosotros, sus mayores, España.
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