Gracias a un gran profesional y a una gran persona
La grandeza de la vida es que siempre, tengas la edad que tengas te enseña alguna cosa. Y a mí me enseño en esta última época algo maravilloso. Que hay personas que te sorprenden de una manera espectacular con sus respuestas ante situaciones extremas.
Hay una persona que yo conocía por que es un amigo de la infancia de mi marido y que ya en una ocasión me demostró su valía profesional dentro de su campo, traumatología, cuando tuvo que operarlo y dejarlo como se suele decir como nuevo de una rotura de codo fea, muy fea. Pero ahora, hoy, ayer y durante este último mes tengo que decirle:
Gracias: gran respuesta ante cosas inesperadas, amargas y sorprendentes.
Eso quiero decirle a esta persona que ha hecho posible que yo todavía siga creyendo en esos valores primarios que tanto me han inculcado de pequeña y que a veces en esta sociedad en la que vivimos te hacen dudar de que existen: la moral, la ética, el dar por nada, el escuchar, el ser oído,todo esto y mucho mas es lo que yo sentí de corazón por parte de una persona que para colmo y cosa extraña en estos días no tenia porque, como se suele decir, ni escucharme, ni mucho menos oírme, en una situación en la que para mí, que me enfrentaba en el plano de los sentimientos al miedo, cuando un grupo de profesionales de la medicina me dijeron que mi padre tenía un cáncer. Palabra temida y hoy en día para mi odiada por aparecer en nuestras vidas y la que tanto se escucha en nuestros círculos diarios.
Las primeras reacciones son de desconcierto, rabia, duda y sobre todo incertidumbre. Y ahí aparece él, con una sonrisa sorda y tímida, escuchando, analizando, actuando sin actuar, haciendo todo lo posible y mas por que todas esas primeras reacciones desaparezcan y veas que si hay mas después de esa palabra maldita, hay esperanza, hay respuestas y sobre todo hay posibilidades.
Siempre se oye la frase con gracias no te pago, y yo hoy me encuentro en esa tesitura, jamás, podre pagar con nada lo que yo recibí de esta persona y sobre todo lo que le dio a mi padre, le dio tranquilidad, serenidad y lo más importante le prestó sus oídos y su tiempo.
Parece que todo está en los libros en el campo de la medicina, pero estoy segura de que la humanidad no se estudia en un manual, si no que se adquiere a lo largo de la vida, y si lo primero, los conocimientos son básicos en este caso que nos ocupa, lo segundo es fundamental para poder seguir adelante sin rendición.
La ultima (espero que no lo sea) vez que lo vi en su consulta dijo al despedirse estoy aquí para lo que haga falta, mi respuesta fue eso es algo que no dude ni un momento en todos estos días, y así es, siempre estuvo ahí.
Gracias, Alfredo Vázquez Prieto, médico del Hospital de Jove, y sobre todos gran persona, que no tenias nada que demostrar pero que lo demostraste todo.
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