Políticos, monologuistas y teloneros

Es imposible acumular más errores en menos tiempo. No hace ni un mes que el regidor de Oviedo tenía una corazonada. Corazonada que tenía que ver con su vocación frustrada de monologuista, es el suyo un monólogo permanente y cansino, Isabel Pérez Espinosa es mi apuesta a la Presidencia de Asturias.

Sagacidad política escasa, cada nombramiento que se empeña en dar como cierto, es desmentido desde la sede nacional. Se las prometía muy felices nombrando una terna, para luego dejar en una su propuesta, ratificada por un comité electoral regional que se reunía a consentir entre los postres de una gran fartura. Eso sí, pagada con los dineros de todos los ovetenses, cuya factura se encomienda a las arcas municipales. Como gestor municipal, sin oposición desde hace 16 años es fácil ser alcalde, veremos que aparece cuando las tornas se vuelvan.

Digo lo de escaso capital político por no ser descortés con mi alcalde, y digo bien lo de mi alcalde porque ese cargo de responsabilidad lo es por gracia del voto soberano, entre otros el mío, para que represente y gestione, con luz y taquígrafos, las cosas del municipio. Nadie saca por oposición el cargo de regidor, ni éste es perpetuo.

Más allá de toda prudencia, Gabino de Lorenzo decidió cambiar la presidencia local de Oviedo por la presidencia regional, con la aquiescencia de ese sujeto que ganó el último congreso. Consecuencia de esta arriesgada aventura, anulación de los órganos regionales en favor de su autoridad dictatorial. Esta conducta ha provocado consecuencias, ha aflorado la poca idea que tiene de cómo funciona la estructura de un partido. Entró como un vendaval oponiéndose a la candidatura de un ex ministro, de un ex secretario general y del candidato que mejores resultados ha obtenido en la historia reciente de Asturias en unas elecciones nacionales, con posibilidad real de obtener mayoría absoluta en el Parlamento regional, borrando de un plumazo a los partidos minoritarios lo que probablemente conlleve obtener el cuarto diputado nacional, tres senadores directos y dos más por representación autonómica. Una bendición para la investidura del próximo presidente de España y mucha tranquilidad en la Cámara alta de la nación.

Segunda consecuencia, ha laminado la credibilidad de la junta directiva regional, con su presidente a la cabeza, forzando con ello a la renovación obligada, más bien antes que después, de los órganos regionales del Partido Popular. ¿Ha medido mal sus fuerzas? Parece que su conducta se debe a múltiples carencias e ignorancia de la estructura interna del PP nacional. Sin ir más lejos, todos sus antiguos compañeros del Consejo de Ministros, incluido el ex presidente Aznar, han avalado su candidatura, además de los actuales presidentes autonómicos, comenzando por Núñez Feijóo, Herrera, Valcárcel, Esperanza Aguirre. Los candidatos ya elegidos como Luisa Fernanda Rudí, Arenas. Importantes dirigentes como Mayor Oreja, Basaigoiti, Pedro Sanz, Ignacio Diego, Ana Mato, González Pons, Manuel Fraga, etc. Ni la actual secretaria general, María Dolores de Cospedal, se ha atrevido a negar su más que posible nombramiento.

Génova hasta ahora ha consentido, más bien a regañadientes, la gran farsa que se desarrolla en la cuna de España, esperando que la cordura se impusiera entre los detractores de Álvarez-Cascos, siempre bajo la máxima: Prefiero partido sin gobierno que gobierno sin partido. Génova es consciente que con los actuales dirigentes, gobernando a la deriva el PP asturiano, carece de partido, y con Pérez Espinosa de candidata, ninguna posibilidad real de alcanzar el Gobierno regional.

Con Álvarez-Cascos, artífice de la renovación del Partido Popular, que dio la victoria a José María Aznar, Rajoy lo tiene claro. Tendrá el Gobierno regional y un Partido Popular Asturiano normalizado.

Ovidio Sánchez, experto en supervivencia, gran conocedor de las entrañas del partido, está negociando su continuidad en algún puesto que le permita seguir viviendo hasta acceder a la jubilación. Desde un principio ha sabido que con negociación o sin ella, con gestora o congreso regional extraordinario, Álvarez-Cascos será designado por Madrid candidato.

Como afirma Fukuyama, los gobernantes y políticos cuando asumen un cargo, deberían tener una curva de aprendizaje cero sobre los problemas de lo público, tal como un cirujano cuando se pone en la mesa de operaciones frente al paciente escalpelo en mano, o como el piloto de una aeronave llena de pasajeros, cuando enciende los motores. No deberíamos exigirles tanto como el gobierno de los sabios que predicó Aristóteles, pero tampoco, que la política siga siendo el refugio de los incompetentes, aquellos que se meten a la política cuando descubren que no tendrían éxito en ninguna actividad privada.