¡Vaya tragaderas que tenemos!
Rubiales por un beso es considerado un tipo peligroso, piden cárcel para él y alejamiento.
Puigdemont y los fugados de la justicia española, son considerados unos encantadores señores, piden para ellos la amnistía y acercamiento.
¿Estamos todos tarados?
Es increíble con lo que tiene que tragar uno.
Ese beso (no otro), que sea considerado delito o abuso de poder cuando horas más tarde cantaban todas a coro ¡beso, beso, beso...! mientras la afectada enseñaba la foto del beso en su móvil alzando la mano para que lo vieran todas es hasta insultante por lo que trajo después.
¿Qué pretendían con ese cántico? ¿Reclamar repetición del delito sexual y abuso del poder?
Lo dicho ¡menudas tragaderas tenemos! Los medios por la presión mediática desde ministerios y del poder político se convirtieron en cómplices de una manipulación de este feminismo revanchistas y tóxico. Una farsa convertida en linchamiento público sin presunción de inocencia y respeto por el Estado de Derecho.
La tiranía y censura sin límite.
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