Paco de Cereixeira cogió su fusil
El 18 de julio de 1936 es una fecha para recordar, sobre todo a los más jóvenes porque se perpetró un golpe de Estado contra un Gobierno constitucional, un Gobierno elegido por el pueblo. Este 18 de julio lo siguieron celebrando durante muchos años y cambiando la historia de España.
Hoy quería recordar a un vecino mío:
Paco de Cereixeira tenía 30 años. Era una buena edad para implicarse en política. Corría el año 1935 y se afilió al Partido Socialista. Unos años antes (en 1932) le habían propuesto a él y a su hermano Pepe poner en Vilavedelle una sede de la Biblioteca Popular Circulante y habían pensado en la escuela, pero un inspector afiliado al Vox de aquella época se opuso y la sede acabó en la casa del Río (más tarde llamada de Clemente), que estaba al lado de la carretera. Tenía ideas progresistas y su intención era que todos sus vecinos pudieran leer libros e instruirse y sobre todo los niños, pues en aquella época en la escuela nacional Lolita Pérez de su pueblo eran unos cuarenta mocosos de ambos sexos.
Paco y su hermano facilitaron la casa de Clemente como sede de la Biblioteca Popular Circulante y comenzaron a llegar los primeros libros.
Paco era aficionado a la caza. Tenía una escopeta con la que salía algunos domingos a cazar patos en la ría del Eo. La tenía colgada en su habitación, cargada y dispuesta para su uso.
Cuando entró en el Gobierno de España la Segunda República fue nombrado concejal del Ayuntamiento de Castropol por el Partido Socialista. La ilusión que tenía era muy grande. Quería arreglar caminos e instalar una fuente en la parte del pueblo de abajo. Quería también construir un cementerio en su pueblo Vilavedelle. Era un año perplejo y en los pueblos de España brotaban gritos de general. Su ilusión se frustró cuando a los tres meses el general Franco dio un golpe de Estado.
El ejército rebelde entró en Ribadeo. A los pocos días se dirigió a la Veíga por la carretera de Reme y lo vio todo desde su casa.
La escopeta que tenía en casa se la dejó a un amigo de Berbesa para hacer guardias en el puente del Esquilo.
El día 30 de julio las tropas rebeldes salieron de A Veíga en dirección a Castropol. En Vilavedelle las palomas zureaban en el palomar al lado de su casa. Al instante con el ruido de la columna rebelde salieron en estampida.
Cuando las tropas del ejército sublevado, con amenazas de fuego y un cristo matón y estandartes con águilas de latón, al mando del comandante Ceano Vivas pasaron por Vilavedelle, Paco descolgó el trapo amarillo con morado y carmín que tenía en su ventana, se encerró en el desván de su casa, le cayeron lágrimas de rabia de sus ojos y a los pocos días cruzó la ría y se escondió en una casa de una familia en Marelle en la parroquia de Cedofeita de Ribadeo.
Durante cinco años estuvo escondido en Marelle y cada semana cruzaba la ría a nado para ver a su padre Ramiro y su madre Rosia.
Un día que estaba visitando a sus padres acudió la Guardia Civil a detenerlo y tuvo que salir por la chimenea y cuando se dieron cuenta ya había cruzado la ría nadando y escondiéndose otra vez en Marelle.
Pasaron cinco años y Paco decidió entregarse a la Guardia Civil, siendo condenado a cinco años de cárcel por defender un Gobierno constitucional.
Si se hubiera quedado en casa, habría sido detenido y sometido a juicio sumarísimo y el destino hubiera sido el pelotón de fusilamiento.
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