Estamos tristes
Querida Pilar: tu fallecimiento nos ha dejado muy tristes. Lo esperábamos por tu avanzada edad, 97 son muchos años, pero no lo queríamos. Fuiste una persona muy importante y querida en nuestras vidas: religiosa, conciliadora, buena, llena de desvelos y sacrificios por todos los que te rodeaban.
Tu vida no fue fácil. A los 23 años quedaste viuda y con un hijo, y desde ese momento te volcaste en la familia, entregada a los demás. ¡Cuántas obras buenas has dejado en esta vida! Estamos seguros de que Dios, nuestro Padre, te recompensará teniéndote a su lado, junto a tus seres queridos, y desde el cielo nos seguirás ayudando y velando por todos como siempre hiciste. Seguirás formando parte de nuestras vidas, pues te llevaremos siempre en nuestro corazón.
Que descanses en paz, pues has pasado a una vida mejor.
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