Nuevos transgénicos que la UE quiere legalizar
Diego Bárcenas, biólogo molecular, daba una conferencia en Avilés, en el marco del "Día de la soberanía alimentaria", centrada en el nuevo reglamento que la UE está desarrollando sobre "los nuevos transgénicos", en donde se facilita su desarrollo con lenguaje incluso "modernizante" en torno a la sostenibilidad y se imposibilita la defensa de la agroecología o la agricultura ecológica, que quedaría francamente afectada y contaminada.
Tomando copia de la reglamentación de EE UU, el lobby empresarial de la agroindustria ha conseguido meter en silencio unas normas que provocan la indefensión de la ciudadanía ante alimentos y productos que nunca han sido investigados en sus efectos, y sin que el principio de precaución de la UE se haya puesto en vigor como corresponde.
Incluso investigadores que han tratado de opinar en contrario sufren persecución en las universidades o se les impone silencio, en tanto que la publicidad favorable sostiene sin cortapisas la capacidad que tendríamos de jugar a ser dioses, y eliminar de un plumazo millones de años de evolución natural.
Mientras tanto, varios grupos europeos, y entre ellos los españoles Ecologistas en Acción, Greenpeace y Amigos de la Tierra, siguen exigiendo al Gobierno español, en funciones de presidir la UE, que los nuevos organismos modificados genéticamente cumplan con las mismas garantías que los tradicionales y que haya evaluación de impacto ambiental y sanitario, trazabilidad y seguimiento, para las investigaciones en curso y las futuras.
De lo contrario, estaríamos favoreciendo la pérdida acelerada de biodiversidad y de soberanía alimentaria.
Los denominados CRISPR se basan en mecanismos complejos de reparación del ADN, que producen mutaciones en las que podrían alterarse de manera inadvertida rasgos vitales de las plantas, lo que puede llegar a afectar a las cadenas tróficas en las que estas se desenvuelven.
Diego Bárcena, como portavoz de Ecologistas en Acción, asegura que "La propuesta de la Comisión choca frontalmente con el objetivo de la UE de aumentar un 25% la agricultura ecológica para 2030, ya que uno de los requisitos de esta es que no haya presencia de organismos modificados genéticamente (OMG). Los sistemas agrícolas ecológicos y agroecológicos se pueden ver amenazados, como sucedería con la desregulación de los nuevos OMG".
El biólogo afirma que "los organismos con impulsores genéticos son un cambio de paradigma con respecto a los organismos modificados genéticamente. La liberación de estos organismos en la naturaleza contraviene el principio de precaución que rige la normativa ambiental europea. Nunca había sido tan importante la aplicación del principio de precaución como con los organismos impulsores genéticos (OIG). Queremos ayudar a que la ciudadanía y nuestros responsables políticos estén alerta ante el potencial peligro de esta nueva tecnología".
Al parecer los plazos apuran, y la UE quiere aprobar la nueva y lesiva normativa antes de las elecciones europeas, teniendo marcado el mes de febrero para esa ratificación.
Esta nueva tecnología de ingeniería genética permite crear organismos diseñados para propagar modificaciones genéticas -incluso si estas son letales- en las poblaciones silvestres.
La modificación y/o eliminación deliberada de especies supone una amenaza para la estabilidad de los ecosistemas y para la salud humana.
Una vez liberado en el medio ambiente, un organismo impulsor genético se propaga activamente en las poblaciones silvestres y puede dispersarse rápidamente a gran distancia. La diversidad de los ecosistemas afectados hace mucho más difícil prever y controlar posibles riesgos.
Se está proponiendo una moratoria, es decir, esperar a que haya seguridad y nula afectación negativa, antes de dejarse influenciar por el potente conglomerado del empresariado del agronegocio, y por el contrario desarrollar todas las medidas concretas para que la soberanía, nacional y europea, esté por encima de las imposiciones yanquis.
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